Cuando el frío comienza a instalarse, no hay nada más reconfortante que un tazón humeante de sopa cremosa que abrace el cuerpo y el alma.
Sopa cremosa de calabaza con jengibre es un plato que evoca la calidez y confort del otoño, resaltando el dulzor natural de la calabaza con el toque ligeramente picante del jengibre.
Cuando el invierno asoma y las temperaturas descienden, no hay nada más reconfortante que una sopa casera llena de sabor, aroma y nutrientes.