Cuando el invierno llega y los días se vuelven más fríos, no hay mejor manera de revitalizar el cuerpo y alegrar el espíritu que con una receta que captura la esencia de la frescura.
Los knedlíky checos, conocidos como albóndigas de pan, son un símbolo de la gastronomía centroeuropea y una de las guarniciones más emblemáticas de la cocina checa.