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Espaguetis con salsa de tomate y ajo

Espaguetis con salsa de tomate y ajo es un plato clásico que evoca los sabores auténticos y frescos de la cocina mediterránea. Este plato, sencillo en su preparación pero lleno de profundidad y carácter, es un verdadero homenaje a la cocina italiana. La combinación de tomate maduro, ajo aromático y espaguetis cocidos al punto perfecto lo convierte en una elección ideal para cualquier ocasión, ya sea una comida rápida entre semana o una cena especial con amigos y familiares.

La clave del éxito en esta receta radica en la calidad de los ingredientes. Al ser una receta que utiliza pocos elementos, cada uno debe brillar por sí mismo. El tomate, por ejemplo, debe ser jugoso, maduro y lleno de sabor para que la salsa tenga la acidez y dulzura equilibradas que caracterizan a un buen plato de pasta. Los tomates San Marzano, o en su defecto, los tomates pera bien maduros, son ideales para obtener esa textura sedosa y ese sabor intenso que elevan la salsa. Al cocinarse lentamente, el tomate libera sus azúcares naturales y se convierte en una base rica y sabrosa.

El ajo, otro elemento esencial en esta receta, aporta su aroma y sabor característico. Es importante cocinar el ajo con cuidado, a fuego bajo, para evitar que se queme y amargue el plato. Cuando se cocina correctamente, el ajo se vuelve suave y ligeramente dulce, complementando perfectamente la acidez del tomate y aportando una capa de sabor que se deshace en la boca con cada bocado.

Otro de los elementos que aporta frescura y un toque de verde al plato es la albahaca fresca. Este ingrediente no solo enriquece el sabor de la salsa, sino que también da al plato un toque de color y una fragancia que evoca el verano y los campos italianos. Añadir la albahaca al final de la cocción permite que mantenga su sabor fresco y vibrante, sin perder sus aceites esenciales y sin saturar la salsa.

Por supuesto, el aceite de oliva virgen extra es el corazón de la cocina mediterránea, y en este plato, no es una excepción. Un buen aceite de oliva no solo añade sabor y una textura suave a la salsa, sino que también aporta beneficios para la salud, al ser rico en grasas saludables y antioxidantes. Este ingrediente redondea el plato, dándole una terminación suave y equilibrada que destaca cada sabor.

Para lograr un plato de pasta bien equilibrado, la cocción de los espaguetis es fundamental. Los espaguetis deben cocerse “al dente” para que conserven una ligera resistencia al morder, lo que permite que absorban mejor la salsa sin volverse demasiado blandos. La textura perfecta se logra al hervir la pasta en agua bien salada y al guardar un poco del agua de cocción. Este agua, rica en almidón, puede añadirse a la salsa al final para ligar la pasta y la salsa de manera uniforme, dándole al plato una consistencia cremosa sin necesidad de añadir nata o mantequilla.

Para los amantes de los sabores intensos, una pizca de queso parmesano rallado es el complemento perfecto para este plato. El queso añade una nota de umami y una textura cremosa que resalta el sabor del tomate. Sin embargo, para aquellos que buscan una opción vegana, se puede optar por levadura nutricional, que aporta un sabor similar al queso sin los lácteos.

La belleza de este plato reside en su versatilidad. Aunque la receta básica de espaguetis con salsa de tomate y ajo es deliciosa por sí sola, se puede personalizar al gusto. Algunos prefieren añadir una pizca de chile para un toque picante, mientras que otros agregan aceitunas negras o alcaparras para un toque salado y sabroso que enriquece la salsa.

Los espaguetis con salsa de tomate y ajo no son solo un plato; son una experiencia que combina tradición, sabor y simplicidad en cada bocado. Es un plato que nunca pasa de moda, que gusta tanto a los amantes de la comida casera como a los apasionados de la gastronomía. Además, este plato es una opción saludable y equilibrada, ya que los tomates son una excelente fuente de vitamina C y antioxidantes como el licopeno, que ayudan a proteger el cuerpo de los radicales libres y benefician la salud del corazón. El ajo, por su parte, tiene propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, y el aceite de oliva virgen extra aporta grasas saludables que favorecen la salud cardiovascular.

En resumen, los espaguetis con salsa de tomate y ajo son mucho más que una receta; son una invitación a disfrutar de los sabores simples y auténticos que nos ofrece la naturaleza. Este plato, preparado con ingredientes de calidad y con un toque de cariño, nos transporta a la esencia de la cocina mediterránea, a un lugar donde la comida es sinónimo de familia, tradición y placer. Es una receta que nos recuerda que, a veces, los platos más sencillos pueden ser los más satisfactorios y memorables.

 

Ingredientes de la receta
Espaguetis: 400 g (1 lb)
Tomates (pelados, en conserva o frescos): 800 g (28 oz)
Aceite de oliva virgen extra: 60 ml (¼ cup)
Ajo: 4 dientes, finamente picados
Hojas de albahaca fresca: 5-6 hojas
Sal: 5 g (1 tsp)
Pimienta negra recién molida: al gusto
Azúcar (opcional, para equilibrar la acidez del tomate): 2 g (½ tsp)
Queso parmesano o pecorino rallado: 40 g (¼ cup) (opcional, para servir)
Perejil fresco: para decorar (opcional)
La cantidad producida por la receta.
Porciones: 4

 

Preparación
10 minutos
Cocinar / Hornear
30 minutos
Tiempo total
40 minutos
Instrucciones de preparación
  1. Preparar los Espaguetis: En una olla grande, hervir agua. Una vez que el agua esté hirviendo, añadir sal y los espaguetis. Cocinar la pasta hasta que esté “al dente” (aproximadamente 8-10 minutos), luego escurrir, reservando unos 100 ml (½ cup) del agua de cocción de la pasta.
  2. Preparar la Salsa de Tomate: Mientras se cocinan los espaguetis, calentar el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Añadir el ajo picado y saltear suavemente durante aproximadamente 1 minuto hasta que esté dorado (evitar que se queme para prevenir el sabor amargo).
  3. Añadir los Tomates: Añadir los tomates a la sartén con el ajo. Si se usan tomates en conserva, triturarlos ligeramente antes de añadirlos. Remover de vez en cuando, permitiendo que los tomates se deshagan. Añadir una pizca de azúcar si la salsa resulta demasiado ácida.
  4. Reducir y Sazonar la Salsa: Después de unos 15 minutos de cocción, sazonar la salsa con sal y pimienta al gusto. Cocinar otros 10-15 minutos para espesar la salsa y permitir que los sabores se concentren.
  5. Agregar Albahaca Fresca: Al final de la cocción, añadir las hojas de albahaca y mezclar con la salsa. Si la salsa está demasiado espesa, agregar algunas cucharadas del agua de cocción de la pasta reservada.
  6. Combinar los Espaguetis y la Salsa: Cuando la salsa esté lista, añadir los espaguetis cocidos a la sartén y mezclar suavemente para cubrir la pasta de manera uniforme.
  7. Servir: Servir los espaguetis con la salsa de tomate y ajo caliente. Cubrir con queso parmesano o pecorino rallado y decorar con perejil fresco, si se desea.

 

Para hacer que la receta de espaguetis con salsa de tomate y ajo sea aún más deliciosa y adaptarla a tus gustos personales, hay varias formas de enriquecer y profundizar sus sabores. A pesar de ser una receta sencilla, cada pequeño cambio en los ingredientes o en el método de preparación puede hacer una gran diferencia. A continuación, encontrarás consejos detallados para mejorar y personalizar este plato clásico, desde la selección de ingredientes hasta técnicas de cocción avanzadas.

1. Selección de los Tomates Ideales

El corazón de esta receta está en los tomates, y la elección de los tomates correctos es fundamental para obtener una salsa con el equilibrio perfecto de dulzura y acidez. Los tomates San Marzano son considerados ideales para salsas debido a su sabor dulce y textura suave. Si no están disponibles, los tomates pera o ciruela maduros también son excelentes opciones. Si usas tomates en conserva, busca opciones de alta calidad sin aditivos.

Consejo: Si prefieres un sabor fresco, puedes optar por tomates frescos en lugar de enlatados. Pélalos y quítales las semillas antes de cocinarlos para obtener una salsa más suave. Para pelarlos fácilmente, escáldalos en agua hirviendo durante unos segundos y luego pásalos a un baño de agua fría.

2. Aprovechando el Ajo al Máximo

El ajo es un ingrediente esencial en esta receta, pero debe ser tratado con cuidado. Su sabor puede cambiar drásticamente si se cocina demasiado, volviéndose amargo y dominando la salsa. Para evitarlo, cocina el ajo a fuego lento en aceite de oliva virgen extra, permitiendo que libere sus aceites naturales sin quemarse.

Consejo: Si deseas un sabor de ajo más suave, prueba cocinándolo lentamente desde un principio en aceite frío, permitiendo que su sabor se desarrolle mientras el aceite se calienta. Esto infunde un sabor delicado que complementa el tomate sin sobrecargar el plato.

3. Equilibrio de Acidez

La acidez es un aspecto importante en una buena salsa de tomate. Dependiendo de la variedad y madurez de los tomates, la salsa puede resultar un poco ácida. Para suavizarla, puedes añadir una pizca de azúcar o ingredientes naturalmente dulces como la zanahoria rallada. Esto neutralizará la acidez sin añadir un sabor dulce artificial.

Consejo: Añadir media cebolla o una zanahoria rallada al comienzo de la cocción aportará dulzura natural y profundidad de sabor. Esto también le dará una textura más rica a la salsa sin necesidad de azúcar.

4. Uso de Hierbas Frescas para Acentuar el Sabor

La albahaca fresca es un clásico en esta receta, aportando un aroma fresco y un sabor ligeramente dulce. Para aquellos que buscan un perfil de sabor más complejo, añadir un poco de orégano o tomillo puede ofrecer una base herbal más intensa. Sin embargo, ten cuidado de no exagerar con las hierbas, ya que pueden enmascarar el sabor del tomate.

Consejo: Añade la albahaca al final de la cocción para que mantenga su frescura. Si prefieres utilizar hierbas secas como el orégano, agrégalas al inicio de la cocción, ya que necesitan más tiempo para liberar sus sabores.

5. Intensificación del Sabor Umami

El umami es el quinto sabor básico, y agregarlo puede hacer que la salsa sea aún más sabrosa. Una forma clásica de añadir umami a una salsa de tomate es incorporar una corteza de parmesano mientras la salsa se cuece. Para una opción vegana, considera añadir un poco de miso blanco o un toque de salsa de soja, que ofrecerán el mismo efecto.

Consejo: Si usas una corteza de parmesano, retírala antes de servir la salsa. Este pequeño truco intensifica el sabor sin cambiar la textura de la salsa.

6. Consistencia de la Salsa

El grosor de la salsa es importante para que se adhiera bien a la pasta. Para una salsa espesa, cocina los tomates a fuego lento durante más tiempo, permitiendo que el exceso de agua se evapore. Si prefieres una salsa más ligera, añade un poco del agua de cocción de la pasta. Este agua contiene almidón, lo cual ayuda a que la salsa se mezcle bien con los espaguetis.

Consejo: Para una textura más cremosa, mezcla la mitad de la salsa en la licuadora y luego mézclala nuevamente con el resto de la salsa. Esto crea un equilibrio perfecto entre una textura rústica y cremosa.

7. Desarrollo del Dulzor Natural

Cocinar los tomates a fuego bajo durante más tiempo permite que se desarrollen sus azúcares naturales, aportando una dulzura suave sin necesidad de añadir azúcar. Este método requiere paciencia, pero el resultado es una salsa rica y equilibrada.

Consejo: Cocina la salsa a fuego lento durante al menos 1-2 horas, revolviendo ocasionalmente para evitar que se queme. Esto concentrará el sabor del tomate y suavizará la acidez.

8. Importancia del Aceite de Oliva Virgen Extra

Un buen aceite de oliva virgen extra añade un sabor afrutado y una textura suave a la salsa, además de aportar beneficios para la salud. Utiliza el aceite para cocinar el ajo y como toque final para realzar los sabores.

Consejo: Al final, añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra sobre los espaguetis antes de servir para un acabado fresco y un brillo atractivo.

9. Cocción Perfecta de la Pasta

La pasta debe cocinarse “al dente” para que mantenga su textura en el plato. Cocinarla en agua generosamente salada y guardar un poco del agua de cocción es fundamental. Este agua almidonada ayudará a que la salsa se adhiera mejor a los espaguetis.

Consejo: No enjuagues los espaguetis después de escurrirlos, ya que el almidón que queda en ellos ayuda a unir la salsa.

10. Añadir un Toque Picante

Si te gusta el picante, una pizca de copos de chile o un poco de chile fresco pueden añadir un toque extra sin dominar el plato. Esto realza los sabores y aporta una capa de calor agradable.

Consejo: Para un toque picante sutil, agrega los copos de chile al aceite mientras salteas el ajo, permitiendo que se infundan en la salsa.

11. Opciones de Decoración y Sugerencias de Presentación

Para una presentación final perfecta, añade queso parmesano rallado o pecorino al servir. Este complemento añade cremosidad y un toque umami que realza el sabor de la salsa.

Consejo: Para una opción vegana, espolvorea levadura nutricional en lugar de queso. Esto aporta un sabor similar y mantiene el plato libre de lácteos.

Beneficios para la Salud de los Ingredientes

Tomates: Altos en vitamina C, potasio, folato y antioxidantes como el licopeno, beneficiosos para la piel y el sistema inmunológico. El licopeno, en particular, apoya la salud del corazón y reduce la inflamación.

Ajo: Conocido por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, el ajo es excelente para reforzar el sistema inmune y contiene vitamina B6.

Aceite de Oliva: Una fuente de grasas monoinsaturadas y vitamina E, el aceite de oliva respalda la salud cardiovascular y actúa como antioxidante.

Albahaca: Rica en vitamina K y antioxidantes, ayuda a la salud ósea y aporta frescura al plato.

Espaguetis (integrales o sin gluten): Si optas por espaguetis integrales, aportarán fibra y vitaminas B que apoyan la energía y la salud digestiva.

Contenido Antioxidante y Sus Beneficios

  1. Licopeno (de los tomates): Antioxidante que ayuda a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y protege contra el daño solar.
  2. Vitamina E (del aceite de oliva): Protege las células contra el daño oxidativo y refuerza el sistema inmune.
  3. Alicina (del ajo): Un potente antioxidante que reduce el colesterol y mejora la salud cardiovascular.
  4. Compuestos Fenólicos (de la albahaca): Actúan como antiinflamatorios, lo que podría reducir el riesgo de enfermedades crónicas.

Con estos consejos, puedes preparar espaguetis con salsa de tomate y ajo dignos de un restaurante. Este plato combina la sencillez con la posibilidad de personalización, ofreciendo una experiencia culinaria que representa lo mejor de la cocina mediterránea.

Tamaño de la porción
Información Nutricional (por porción)
Calorias (kcal)
450
Carbohidrato (g)
70
Fibra (g)
6
Proteínas (g)
12
Sodio (mg)
450
Azúcar (g)
8
Grasa (g)
10
Grasa saturada (g)
1.5
Grasa insaturada (g)
8.5
Alérgenos

Este plato contiene gluten debido a los espaguetis. Para una opción sin gluten, sustituir por pasta sin gluten hecha de arroz, maíz o quinoa.

Consejos para Sustituciones de Alérgenos:

  • Sin gluten: Usar espaguetis sin gluten.
  • Sin lácteos: Para una versión sin lácteos, omitir el queso parmesano o pecorino o reemplazarlo por levadura nutricional.
Vitaminas y minerales
  • Vitamina C: Proveniente de los tomates, apoya la función inmunológica y la salud de la piel.
  • Vitamina K: Presente en la albahaca y los tomates, esencial para la salud ósea.
  • Hierro: Los tomates aportan hierro, importante para el transporte de oxígeno en la sangre.
  • Magnesio: Importante para la relajación muscular y el sistema nervioso.
Contenido de antioxidantes
  • Licopeno (de los tomates): Un poderoso antioxidante que ayuda a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer y protege la piel del daño solar.
  • Vitamina E (del aceite de oliva): Este antioxidante ayuda a proteger las células del daño oxidativo y apoya el sistema inmunológico.
  • Alicina (del ajo): Con propiedades antioxidantes potentes, ayuda a reducir el colesterol y respalda la salud cardiovascular.
  • Compuestos Fenólicos (de la albahaca): Estos compuestos tienen fuertes efectos antiinflamatorios, lo que potencialmente reduce el riesgo de enfermedades crónicas.

 

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