Los platos de boda son una parte fundamental de cualquier celebración nupcial, ya que reflejan los gustos y la personalidad de los novios, al mismo tiempo que ofrecen a los invitados una experiencia gastronómica inolvidable. El menú de una boda suele incluir una variedad de aperitivos, platos principales y postres, cuidadosamente seleccionados para satisfacer diferentes paladares.
Entre los aperitivos más comunes se encuentran canapés elegantes, mariscos y tablas de quesos. Los platos principales pueden variar desde pollo asado, ternera, pescado al horno hasta opciones vegetarianas, acompañados de guarniciones como verduras al vapor, arroz o puré de patatas.
El postre más emblemático es la tarta nupcial, que a menudo es un espectáculo visual y se elige en función de los gustos de la pareja. Además de la tarta, es común ofrecer una variedad de dulces, como macarons o cupcakes. Los platos de boda no solo nutren, sino que también crean un ambiente festivo, celebrando el amor y la unión de la pareja.