Un guiso de callos al estilo de Trieste para 4 porciones, con 25 minutos de preparación y 130 minutos de cocción, combina callos de res, tomate, vino blanco, ajo, zanahoria, apio y hierbas mediterráneas en una salsa espesa y aromática. El resultado es un plato profundo y reconfortante, con una textura tierna y un equilibrio perfecto entre acidez y dulzura. Se puede guardar en el refrigerador durante 3 días o congelar hasta 2 meses, conservando todo su sabor y cuerpo al recalentarse.

Guiso de callos al estilo Trieste
Una receta italiana tradicional llena de sabor y carácter
Entre los vapores de una cocción lenta, los callos al estilo de Trieste revelan la esencia de la cocina italiana más auténtica. Bajo una salsa espesa de tomate maduro, ajo, cebolla, zanahoria y apio, se esconden trozos tiernos de callos de res, cocidos con vino blanco y perfumados con laurel, mejorana y tomillo. El resultado es un plato con cuerpo, profundo en sabor y con esa calidez hogareña que solo los guisos preparados con paciencia pueden ofrecer.
En el corazón de la región de Friuli-Venezia Giulia, Trieste ha sido siempre un cruce de culturas: italiana, eslava y austriaca. Su gastronomía es un reflejo de esa diversidad. Este guiso combina la fuerza del norte con la suavidad mediterránea, fusionando técnicas centroeuropeas con los aromas del Adriático. En sus orígenes, los callos eran una comida humilde de trabajadores y marineros, pero hoy se han convertido en una joya culinaria regional, respetada por su sabor profundo y su carácter reconfortante.
Durante más de dos horas de cocción, los callos se ablandan hasta alcanzar una textura sedosa, mientras la salsa se espesa y adquiere matices complejos. El vino blanco seco equilibra la riqueza del plato con su acidez, mientras el aceite de oliva virgen extra envuelve los ingredientes en un acabado brillante y aromático. Cada elemento cumple un papel específico: las zanahorias y cebollas aportan dulzura natural, el ajo estructura el sabor y las hierbas otorgan un toque de frescor que redondea el conjunto.
Origen e historia del plato
Los callos son una preparación tradicional en muchas regiones italianas, pero la versión triestina se distingue por su delicado equilibrio entre sabor intenso y elegancia mediterránea. En los siglos XIX y XX, Trieste, siendo un importante puerto del Imperio Austrohúngaro, acogió cocineros de toda Europa. En sus tabernas, el plato se popularizó entre los marineros y viajeros que buscaban un guiso caliente y nutritivo. Con el tiempo, los callos se transformaron en una receta simbólica de la identidad local, una combinación de simplicidad, técnica y tiempo.
Por qué te encantará esta receta
- Sabor profundo y equilibrado, gracias a la cocción lenta
- Textura tierna y cremosa de los callos
- Aromas mediterráneos con un toque de vino blanco y hierbas
- Ideal para preparar con antelación, el sabor mejora al día siguiente
- Plato reconfortante perfecto para días fríos o comidas familiares
Influencia de los ingredientes
Cada ingrediente cumple una función esencial en la estructura del guiso:
- Los callos aportan textura y sabor umami.
- El tomate equilibra la grasa con su acidez natural.
- La cebolla y la zanahoria dan dulzura y profundidad al conjunto.
- El ajo y las hierbas realzan los aromas sin dominar el plato.
- El vino blanco aporta frescura y ligereza.
- El queso parmesano, espolvoreado al final, intensifica los sabores.
Este equilibrio entre dulzura, acidez y notas saladas crea una armonía perfecta que define la cocina triestina: una mezcla de sencillez, tiempo y respeto por el producto.
Conservación y preparación anticipada
Los callos al estilo Trieste pueden prepararse con antelación y su sabor incluso mejora después de reposar.
- Se conservan en el refrigerador durante 3 días en un recipiente hermético.
- Al recalentar, añade un poco de caldo o agua para recuperar la textura original.
- Se pueden congelar hasta 2 meses sin perder consistencia ni sabor.
Contexto cultural y gastronómico
Este guiso forma parte de la gran familia de platos italianos a fuego lento, como la Trippa alla Romana o el Spezzatino Toscano. Sin embargo, su toque triestino lo hace único: el uso del vino blanco, el equilibrio de las hierbas mediterráneas y el punto exacto de cocción que convierte los callos en una delicia sedosa. Es una receta que se comparte en familia, símbolo de hospitalidad y tradición en las mesas del norte de Italia.
Variaciones creativas
- Sustituir parte de los callos de res por callos de ternera para un sabor más suave.
- Añadir panceta ahumada al sofrito para una nota más profunda.
- Incorporar una pizca de pimentón dulce o picante para un matiz de los Balcanes.
- Terminar con unas gotas de vinagre balsámico para una nota ligeramente dulce.
- Para una versión ligera, agregar perejil fresco y ralladura de limón justo antes de servir.
Los callos al estilo de Trieste son la prueba de que el tiempo, la calma y el respeto por los ingredientes pueden transformar la sencillez en un plato lleno de alma, aroma y calidez italiana.
- Calienta el aceite de oliva en una olla grande a fuego medio. Agrega la cebolla, la zanahoria y el apio, y sofríe durante 8 a 10 minutos hasta que las verduras estén suaves y ligeramente doradas.
- Añade el ajo y cocina 1 o 2 minutos más hasta que desprenda aroma.
- Vierte el vino blanco y deja reducir hasta que casi se evapore.
- Incorpora el concentrado de tomate y cocina 2 minutos adicionales para intensificar el sabor.
- Añade los tomates triturados, las hojas de laurel, el tomillo, la mejorana, la sal y la pimienta. Mezcla bien.
- Agrega los callos y el caldo, lleva a ebullición y luego reduce el fuego.
- Cubre la olla y deja cocer a fuego lento durante 2 horas, removiendo ocasionalmente, hasta que los callos estén tiernos y la salsa espesa y brillante.
- Retira las hojas de laurel y ajusta la sazón si es necesario.
- Sirve caliente, decorado con queso parmesano rallado, perejil fresco y ralladura de limón (para decorar). Acompaña con polenta cremosa o pan rústico para disfrutar de la salsa.
Conservación y recalentado:
- Guarda en un recipiente hermético en el refrigerador hasta 3 días.
- Recalienta a fuego bajo, añadiendo un poco de caldo o agua si es necesario.
- Se puede congelar hasta 2 meses sin perder sabor ni textura.
FAQ question¿Cómo logro que los callos queden tiernos sin deshacerse?
Mantén un fuego muy bajo tras el primer hervor y cocina 120–130 minutos para honeycomb tripe. Corta en tiras uniformes para una cocción pareja. La acidez del tomate y un chorro de vino blanco ayudan a ablandar el colágeno lentamente. En los últimos 20 minutos, comprueba la textura: deben quedar tiernos al tenedor con ligero mordisco, no gomosos ni deshechos.
FAQ question¿Cómo reduzco el olor fuerte de los callos?
Haz un preescaldado: agua fría con rodajas de limón y hoja de laurel, 10 minutos de hervor; escurre y enjuaga. Construye una base aromática con cebolla, apio, zanahoria y ajo, y perfila con mejorana o tomillo. Justo antes de servir, añade ralladura de limón y perejil fresco para un final fresco y equilibrado.
FAQ question¿Se pueden cocinar en olla a presión sin perder sabor?
Sí: 40–45 minutos a alta presión (liberación natural) sustituyen el largo hervor. Primero sofríe las verduras, desglasa con vino blanco, añade concentrado y tomate triturado; incorpora caldo y callos y cierra. Al abrir, deja reducir destapado 5–10 minutos para lograr una salsa espesa y brillante con la textura típica de Trieste.
FAQ question¿Qué guarniciones y acabados combinan mejor?
La polenta cremosa y el pan rústico absorben la salsa de manera ideal. Finaliza con parmesano rallado, un hilo de buen aceite de oliva y ralladura de limón para aportar umami, sedosidad y frescura. Si deseas maridar, elige Refosco o Terrano, cuyos taninos suaves y acidez viva equilibran la base de tomate.
FAQ question¿Qué sustituciones mantienen el carácter triestino?
Reemplaza parte de los callos de res por callos de ternera para un perfil más suave. Para más profundidad, sofríe un poco de pancetta al inicio. Si evitas lácteos, sustituye el parmesano por levadura nutricional para conservar notas umami. Con intolerancia al apio, usa hinojo o puerro para mantener la columna aromática. Asegura caldo sin gluten cuando sea necesario.
FAQ question¿Cómo espesar la salsa sin harina ni féculas?
Confía en reducción y emulsión: al final cocina destapado para evaporar el exceso de líquido mientras emulsionas el aceite de oliva con la base de tomate al remover. Una cucharada de concentrado de tomate al principio aporta cuerpo, y un toque de parmesano en mesa suma umami natural y textura más rica, sin espesantes.
Después de muchos años preparando guisos tradicionales italianos, he aprendido que la paciencia es la clave para lograr sabores verdaderamente profundos. Los callos al estilo de Trieste son una de esas recetas donde los ingredientes sencillos —tomates, vino blanco, ajo y hierbas frescas— se transforman lentamente en un plato lleno de carácter y calidez. Cada paso cuenta, desde el sofrito hasta la cocción lenta, donde los callos se vuelven suaves y la salsa se vuelve rica y sedosa. Es una preparación que huele a hogar y a tradición italiana en su forma más auténtica.
PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia en cocina y repostería, especializado en gastronomía europea e internacional.
Cocinado lentamente a fuego bajo, el guiso de callos al estilo de Trieste captura toda la esencia de la cocina italiana tradicional. Cada capa de sabor se desarrolla con tiempo y cuidado: los tomates, el vino blanco, las hierbas aromáticas y los callos tiernos se funden en una mezcla profunda y equilibrada. El resultado es un plato cálido, de textura cremosa y aroma envolvente, perfecto para quienes aprecian los guisos hechos con paciencia y alma.
En el corazón de Trieste, donde se cruzan influencias italianas, eslavas y austriacas, este plato representa la unión de culturas. La frescura mediterránea se combina con la intensidad centroeuropea, creando una receta que equilibra rusticidad y elegancia. Cada bocado cuenta una historia de tradición y de familias que han mantenido viva esta preparación durante generaciones.
Ideal para días fríos o comidas en familia, los callos se pueden preparar con antelación y ganar aún más sabor con el reposo. Servidos con polenta cremosa, pan casero o un toque de perejil fresco, ofrecen una experiencia completa de confort y autenticidad.
Los callos al estilo de Trieste simbolizan lo mejor de la cocina italiana: ingredientes simples, tiempo lento y amor por los detalles. Es una receta que trasciende modas y fronteras, transformando la humildad en pura profundidad de sabor y calidez en cada plato.
Alérgenos presentes en la receta:
- Lácteos (queso parmesano)
- Apio
Contiene gluten: No (naturalmente sin gluten).
Consejos para sustituir alérgenos y eliminar el gluten:
- Sustituir el queso parmesano por levadura nutricional o un queso vegetal para una versión sin lácteos.
- Cambiar el apio por hinojo o puerro para mantener el equilibrio aromático.
- Usar caldo sin gluten, libre de espesantes o aditivos.
- Vitamina A: 2200 µg – favorece la vista y la inmunidad
- Vitamina C: 22 mg – promueve la producción de colágeno y la defensa celular
- Vitamina B12: 1.9 µg – esencial para la formación de glóbulos rojos
- Hierro: 6.5 mg – mejora el transporte de oxígeno
- Zinc: 5.2 mg – contribuye al metabolismo y regeneración celular
- Calcio: 180 mg – fortalece huesos y músculos
- Magnesio: 48 mg – apoya el sistema nervioso y muscular
- Potasio: 580 mg – regula la presión arterial y la hidratación
- Licopeno (de los tomates): 6 mg – protege las células del estrés oxidativo
- Vitamina E: 1.3 mg – mantiene la salud celular
- Polifenoles (del aceite de oliva): 90 mg – con efectos antiinflamatorios y cardioprotectores
- Betacaroteno (de las zanahorias): 3.2 mg – precursor de la vitamina A, protege la piel y la visión