Las galletas de chocolate de San Nicolás rinden aproximadamente 20 porciones y están listas en 40 minutos en total (25 min de preparación, 15 min de horneado). Hechas con mantequilla, cacao puro, azúcar moreno y un toque de canela y clavo, ofrecen una textura tierna por dentro y crujiente por fuera. La masa puede prepararse con antelación y conservarse en el refrigerador durante 3 días, mientras que las galletas se mantienen frescas hasta dos semanas en un recipiente hermético. Ideales para las fiestas, combinan tradición europea con el sabor intenso del chocolate especiado.
Después de muchos años explorando la repostería tradicional europea, las galletas de chocolate de San Nicolás siguen siendo una de las preparaciones más especiales del invierno. Lo más importante es encontrar el equilibrio entre el cacao intenso, la mantequilla cremosa y las especias cálidas, para conseguir una masa suave con un aroma profundo que llena toda la cocina. La clave está en la textura: debe ser lo bastante firme para cortar figuras, pero lo suficientemente tierna para derretirse en la boca. Cada detalle, desde el batido de la mantequilla hasta el tiempo de reposo, influye en el resultado final.
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Galletas de chocolate suaves y especiadas para celebrar San Nicolás
Una receta tradicional europea con el equilibrio perfecto entre cacao, mantequilla y especias
Cuando el aroma de la mantequilla derretida, el cacao intenso y las especias cálidas llena la cocina, el invierno parece empezar oficialmente. Las galletas de chocolate de San Nicolás son un clásico que anuncia la llegada de las fiestas: suaves por dentro, ligeramente crujientes por fuera y con un sabor profundo que mezcla el dulzor del azúcar moreno con las notas especiadas de la canela y el clavo. Cada bocado despierta el espíritu navideño, evocando tradiciones, luces y momentos compartidos en familia.
En muchos países europeos, el 6 de diciembre se celebra la Fiesta de San Nicolás, patrono de los niños y los marineros. En esta fecha, los hogares se llenan de dulces caseros, y entre ellos destacan las galletas con forma de San Nicolás o pequeños demonios, símbolos de generosidad y humor festivo. La receta tiene sus raíces en el norte y centro de Europa, donde el cacao y las especias se combinan desde hace siglos para crear postres con personalidad y calidez.
Equilibrio entre textura y sabor
La base del éxito de estas galletas está en la combinación de mantequilla de calidad, azúcar moreno y cacao puro. La mantequilla aporta una textura tierna y rica, mientras que el azúcar moreno intensifica el sabor con su toque acaramelado. El cacao sin azúcar les da profundidad, evitando que resulten empalagosas. Una pizca de sal fina resalta los matices del chocolate, mientras que la vainilla natural equilibra la mezcla con un toque suave y aromático.
La textura se consigue trabajando la masa justo lo necesario: debe quedar suave pero firme, lo bastante maleable para cortar figuras y lo suficientemente estable para mantener su forma en el horno. En muchas versiones tradicionales se añade harina de almendra o avellana molida, que aporta un toque más delicado y un ligero sabor tostado.
El papel de las especias y el aroma festivo
Las especias son la verdadera alma de las galletas de San Nicolás. Una combinación de canela, clavo, jengibre y nuez moscada transforma una simple masa de chocolate en una experiencia navideña completa. Estas especias no deben dominar el sabor, sino integrarse suavemente para dar profundidad y calidez. Algunas recetas incluyen un toque de pimienta negra o cardamomo, aportando un equilibrio sofisticado entre dulzura y frescura.
El uso de miel o melaza añade humedad y un tono más oscuro a la masa. Este ingrediente también ayuda a conservar las galletas tiernas durante varios días, intensificando los aromas a medida que reposan. Servidas con un vaso de leche caliente, vino especiado o café, se convierten en el acompañamiento perfecto para una tarde invernal.
Por qué te encantarán estas galletas
- Sabor intenso a cacao con notas de canela y clavo.
- Textura suave por dentro y ligeramente crujiente por fuera.
- Inspiración tradicional europea, ideal para las fiestas.
- Fáciles de conservar y perfectas para regalar.
- Versátiles y decorativas, ideales para hornear en familia.
Conservación y preparación anticipada
Estas galletas se pueden preparar con antelación. La masa, bien envuelta, se conserva hasta 3 días en el refrigerador, y los aromas se intensifican con el tiempo. Una vez horneadas, se guardan durante 2 semanas en un recipiente hermético sin perder su textura. Antes de servir, pueden decorarse con azúcar glas o chocolate fundido, aportando un toque elegante y festivo.
Entidades culinarias y estructura equilibrada
Cada ingrediente cumple un papel esencial:
- La mantequilla aporta suavidad y riqueza.
- El azúcar moreno aporta profundidad y un color dorado.
- El cacao crea el carácter y el color intensos.
- Los huevos proporcionan unión y textura.
- Las especias dan identidad y un perfume inolvidable.
El secreto está en batir bien la mantequilla y los azúcares para incorporar aire, lo que garantiza una textura ligera. El reposo en frío permite que la masa se asiente, lo que facilita el corte y mejora la cocción uniforme.
Variaciones creativas
- Añadir trozos de chocolate negro o con leche para una textura más rica.
- Sustituir parte de la harina por almendra molida para un toque elegante.
- Aromatizar la masa con ralladura de naranja o café espresso para un sabor más complejo.
- Decorar con glaseado blanco o polvo dorado para un acabado festivo.
Una experiencia sensorial y cultural
Las galletas de chocolate de San Nicolás son más que un postre: son una tradición viva que une generaciones. Su aroma a cacao y especias llena la casa de calidez, evocando historias, risas y pequeños rituales familiares. En cada horno encendido se renueva el espíritu de compartir, y en cada galleta se guarda un trozo de la historia europea de la repostería.
El placer de prepararlas y compartirlas no reside solo en el sabor, sino también en el gesto: crear algo con las manos, con paciencia y cariño, para celebrar la magia de diciembre y la dulzura de los momentos sencillos.
- En un bol grande, batir la mantequilla con el azúcar moreno y el azúcar blanco hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa.
- Agregar los huevos y el extracto de vainilla, batiendo hasta que la mezcla sea homogénea y brillante.
- En otro recipiente, tamizar la harina, el cacao, el polvo de hornear, la sal y las especias (canela, clavo, jengibre) y mezclar bien.
- Incorporar gradualmente los ingredientes secos a la mezcla húmeda, alternando con la leche y la miel, hasta formar una masa suave y uniforme.
- Añadir el chocolate negro picado y la harina de almendra (si se utiliza) para una textura más rica y aromática.
- Envolver la masa en film transparente y refrigerar durante 30 minutos para que sea más fácil de manejar.
- Precalentar el horno a 180°C (356°F) y cubrir una bandeja con papel para hornear.
- Extender la masa hasta un grosor de 0,5 cm (0.2 inch) y cortar figuras festivas (San Nicolás, estrellas o corazones).
- Colocar las galletas en la bandeja y hornear durante 12–15 minutos, hasta que los bordes estén firmes y el centro ligeramente tierno.
- Dejar enfriar completamente antes de espolvorear con azúcar glas o decorar con glaseado.
FAQ question¿Se puede preparar la masa con antelación?
Sí. La masa de las galletas de chocolate de San Nicolás se puede preparar 2–3 días antes y guardar bien envuelta en el refrigerador. Ese reposo incluso mejora el sabor porque las especias (canela, clavo, jengibre) y el cacao se integran mejor. Al usarla, basta con dejarla unos minutos a temperatura ambiente para poder estirarla y cortar las formas festivas sin que se rompa.
FAQ question¿Por qué llevan especias si ya tienen chocolate?
Las especias son las que dan el carácter navideño a estas galletas. El chocolate aporta profundidad, pero la combinación de canela, clavo y un toque de jengibre crea un perfil aromático típico de diciembre. Además, las especias equilibran el dulzor del azúcar moreno y hacen que las galletas sigan sabiendo bien incluso al día siguiente, cuando los sabores se han asentado.
FAQ question¿Cómo consigo que no queden duras después de hornearlas?
Lo principal es no sobrehornear. Hay que sacarlas del horno cuando los bordes estén hechos pero el centro siga un poco tierno. Después, dejarlas enfriar y guardarlas en un recipiente hermético o lata metálica para que no pierdan humedad. Si el ambiente está muy seco, se puede poner dentro un trocito de manzana (solo 1 día) para mantenerlas suaves por dentro y ligeramente crujientes por fuera.
FAQ question¿Se pueden decorar para niños o para regalar?
Claro. Una vez frías, admiten azúcar glas, hilos de chocolate fundido o un glaseado sencillo de azúcar y leche. Como la superficie queda firme pero el interior es blando, son perfectas para hacer figuras de San Nicolás, estrellas o corazones y presentarlas en bandejas navideñas, bolsitas de regalo o mesas dulces.
FAQ question¿Cómo adaptar la receta si alguien es intolerante al gluten o a la lactosa?
Se puede usar una harina sin gluten especial para repostería en lugar de la harina de trigo. La mantequilla y la leche pueden cambiarse por mantequilla vegetal y bebida vegetal (avena, soja, almendra). Si no se pueden consumir frutos secos, la harina de almendra que mejora la textura se puede omitir o sustituir por harina de avena. El sabor principal seguirá viniendo del cacao y las especias, así que la esencia de la receta no se pierde.
FAQ question¿Por qué es importante refrigerar la masa?
El frío hace que la mantequilla se vuelva a endurecer y que la masa sea más fácil de estirar y cortar sin que pierda la forma. También ayuda a que las galletas no se expandan demasiado en el horno y mantengan los detalles de los cortadores navideños. Además, durante ese reposo el cacao, la miel y las especias se integran mejor, lo que da un sabor más redondo.
Hornear galletas de chocolate de San Nicolás es una manera de llenar la casa de calidez y tradición. El aroma del cacao, la mantequilla y las especias transforma cualquier tarde de invierno en un momento especial. Cada lote refleja la esencia de las celebraciones de diciembre: compartir, regalar y disfrutar de los pequeños placeres que unen a las familias.
El equilibrio entre el dulzor del azúcar moreno, el toque amargo del cacao puro y las notas aromáticas de canela y clavo crea un sabor profundo y envolvente. Su textura tierna y crujiente al mismo tiempo las convierte en un clásico que nunca pasa de moda. Con el tiempo, los sabores se integran aún más, dando como resultado una galleta aún más aromática y sabrosa.
Estas galletas son versátiles y elegantes, ideales para acompañar un café, decorar una mesa navideña o regalar en una caja de hojalata. Conservan su frescura durante días, lo que permite disfrutarlas sin prisa, como una pausa dulce en medio del invierno.
Más allá de la receta, las galletas de San Nicolás representan un gesto de cariño y una conexión con las tradiciones europeas. Cada horneada recuerda que el verdadero espíritu festivo se encuentra en los detalles: en el olor a chocolate recién hecho, en el brillo del azúcar y en el placer sencillo de compartir algo hecho con las manos y con el corazón.
- Gluten – presente en la harina de trigo. Sustituir por una mezcla sin gluten certificada.
- Huevos – usados para dar estructura. Reemplazar con gel de linaza o puré de manzana.
- Lácteos – presentes en la mantequilla y la leche. Sustituir por mantequilla vegetal y leche de avena o soja.
- Frutos secos (opcional) – la harina de almendra puede omitirse o sustituirse por harina de avena.
- Calcio – 35 mg – fortalece huesos y dientes.
- Hierro – 1,1 mg – favorece el transporte de oxígeno en la sangre.
- Magnesio – 18 mg – apoya la función muscular y nerviosa.
- Fósforo – 45 mg – contribuye a la formación de huesos fuertes.
- Potasio – 105 mg – ayuda a regular la presión arterial.
- Vitamina B2 (Riboflavina) – 0,06 mg – participa en el metabolismo energético.
- Vitamina E – 0,7 mg – protege las células del daño oxidativo.
- Flavonoides – 45 mg – procedentes del cacao, ayudan a reducir la inflamación.
- Polifenoles – 60 mg – del chocolate negro, protegen las células contra el estrés oxidativo.
- Beta-caroteno – 0,1 mg – favorece la salud de la piel y la visión.
- Teobromina – 25 mg – estimulante natural del cacao que mejora el ánimo y la concentración.





