
Una experiencia británica auténtica en tu mesa: el arte del asado dominical con carne de res y Yorkshire pudding
Sabor tradicional, textura inigualable y presentación exquisita para un almuerzo dominical memorable
El asado dominical es mucho más que una comida típica en el Reino Unido. Es una celebración de la gastronomía familiar, un ritual semanal que reúne a generaciones alrededor de la mesa y que combina técnica, sabor y emoción. Dentro de esta tradición, el asado de carne de res acompañado de patatas asadas crujientes, verduras caramelizadas y el emblemático Yorkshire pudding constituye una de las versiones más apreciadas por su equilibrio perfecto de sabores y texturas.
El alma del plato es, sin duda, la carne de res asada, una pieza que debe elegirse cuidadosamente y prepararse con atención para conservar todo su jugo y ternura. Cortes como el lomo alto, la espaldilla o el entrecot ofrecen una base ideal para un asado jugoso y sabroso, especialmente si se sellan a alta temperatura para formar una costra dorada que atrape los jugos naturales en el interior. El resultado es una carne con un punto rosado en el centro y bordes caramelizados que seducen desde el primer bocado.
Acompañando esta carne suculenta, el asado tradicional no sería completo sin unas patatas asadas al estilo británico, doradas por fuera y cremosas por dentro. Su secreto está en hervirlas previamente, sacudirlas ligeramente para romper la superficie y asarlas en grasa muy caliente (preferiblemente grasa de pato o aceite vegetal resistente al calor). Este proceso da como resultado una textura crocante inconfundible que complementa perfectamente la suavidad de la carne.
Un elemento imprescindible que eleva este plato a la categoría de ícono culinario es el Yorkshire pudding. Esta preparación, una mezcla de harina, huevos y leche horneada en moldes individuales con aceite caliente, se infla en el horno hasta formar una estructura dorada y hueca, ideal para recoger la salsa del asado. Ligero pero sabroso, el Yorkshire pudding no es solo un acompañamiento, sino un símbolo de la cocina británica casera, apreciado tanto por su textura como por su capacidad para integrar sabores.
Por supuesto, todo buen asado de carne de res necesita una excelente salsa para potenciar los sabores del conjunto. La gravy, una salsa elaborada con los jugos del asado, caldo de carne, vino tinto y vegetales caramelizados, aporta profundidad y cohesión al plato. Su consistencia sedosa y sabor intenso logran que cada bocado sea armonioso, envolviendo la carne, las patatas y el Yorkshire pudding en un todo irresistible.
Además de ser una delicia, este plato representa la calidez de los domingos en casa. Su elaboración, aunque requiere tiempo y dedicación, recompensa con creces el esfuerzo invertido. Preparar un asado dominical con Yorkshire pudding es una manera de homenajear la tradición, dar valor al acto de cocinar en familia y celebrar el arte del buen comer.
Ya sea para una comida especial, una reunión familiar o simplemente para disfrutar de una receta con historia, el asado británico tradicional ofrece una experiencia culinaria completa. Es un plato que une generaciones, despierta emociones y deja recuerdos imborrables, todo envuelto en el aroma irresistible del asado de res recién salido del horno. La textura crujiente de las patatas, la ligereza del Yorkshire pudding y la intensidad de la salsa gravy convierten este almuerzo en una obra maestra de la cocina casera.
1. Preparar el asado de res:
Precalentar el horno a 200 °C (390 °F). Secar bien la carne y sazonar generosamente con sal y pimienta negra. En una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva, dorar la carne por todos sus lados (3–4 minutos por lado). Colocar en una bandeja de horno. Añadir las zanahorias, chirivías, cebolla cortada en trozos grandes, ajo, romero y tomillo. Rociar con 2 cucharadas adicionales de aceite de oliva. Hornear de 45 a 60 minutos según el punto de cocción deseado (temperatura interna: 55 °C para término medio).
2. Reposar la carne:
Sacar del horno, cubrir con papel aluminio y dejar reposar al menos 15 minutos para redistribuir los jugos.
3. Preparar las patatas asadas:
Mientras se hornea la carne, pelar y cortar las patatas en cuartos. Hervir en agua con sal durante 10 minutos. Escurrir y agitar en la olla para crear bordes rugosos. Calentar la grasa de pato o el aceite en una bandeja a 200 °C y añadir las patatas con cuidado. Asar durante 40–50 minutos, girándolas de vez en cuando hasta que estén doradas y crujientes.
4. Preparar el Yorkshire pudding:
Subir la temperatura del horno a 220 °C (430 °F). Mezclar los huevos, la leche y la harina hasta obtener una masa suave. Dejar reposar 20–30 minutos. Verter el aceite de girasol en los moldes y calentar en el horno hasta que humee. Verter la masa (¾ de altura) y hornear de 20 a 25 minutos sin abrir el horno hasta que los puddings estén inflados y dorados.
5. Preparar la salsa:
Colar los jugos del asado en una cacerola. Añadir el caldo de res, llevar a ebullición y espesar con el almidón de maíz disuelto en agua fría. Ajustar la sazón.
6. Montaje del plato:
Cortar la carne en rodajas y servir con patatas asadas, Yorkshire pudding, verduras y la salsa. Añadir opcionalmente salsa de rábano picante.
Reinventa tu asado británico: claves modernas para mejorar una receta clásica
Técnicas, sustituciones y secretos para lograr un plato más jugoso, equilibrado y lleno de sabor
El asado dominical con carne de res y Yorkshire pudding es una receta que lleva siglos triunfando en las cocinas del Reino Unido. Su riqueza, calidez y carácter familiar la han convertido en un plato emblemático. Sin embargo, incluso las tradiciones más sólidas pueden beneficiarse de algunos toques modernos. Desde nuevas técnicas de cocción hasta ingredientes alternativos, te mostramos cómo transformar esta receta clásica en una versión mejorada, más saludable y aún más deliciosa.
Mejores cortes de carne para un resultado más jugoso
Uno de los errores más comunes al preparar un asado de res es elegir un corte magro que se vuelve seco al cocinarse. Para evitarlo, opta por cortes marmoleados como el entrecot, el lomo alto o la aguja. Estos cortes tienen vetas de grasa que se funden durante la cocción, dando lugar a una carne más tierna y sabrosa.
Si tienes tiempo, sazonar la carne el día anterior y dejarla reposar en la nevera ayuda a que los sabores penetren mejor. También puedes marinarla con ajo, mostaza, vino tinto y hierbas frescas para obtener un perfil de sabor más complejo. Y no olvides el reposo tras el horneado: al menos 15 minutos cubierto con papel de aluminio para asegurar que los jugos se redistribuyan correctamente.
Yorkshire pudding con más personalidad
El Yorkshire pudding es otro de los pilares del plato, pero muchas veces se prepara con una receta demasiado básica. Puedes mejorarlo sustituyendo parte de la leche por leche fermentada (buttermilk) para aportar un toque ácido y una textura más ligera. También puedes agregar un poco de queso curado rallado, como cheddar o parmesano, o aromatizar con romero picado, ajo asado o pimienta negra molida.
Para que suba correctamente, la clave está en precalentar muy bien el aceite en el molde antes de verter la mezcla. Y, sobre todo, no abrir el horno durante la cocción. Un fallo en este punto hará que los puddings se hundan y pierdan su textura esponjosa.
Patatas crujientes y doradas: el arte del acompañamiento perfecto
Una patata asada mediocre puede arruinar un asado espectacular. Para que queden realmente crujientes por fuera y suaves por dentro, hierve las patatas durante 10 minutos con un poco de bicarbonato de sodio en el agua. Esto ayuda a descomponer el almidón superficial y crea una textura rugosa ideal para dorar.
Después, escúrrelas, agítalas bien para romper la superficie y ásalas en grasa muy caliente (como grasa de pato o una mezcla de aceites vegetales resistentes al calor). Puedes mejorar aún más el resultado espolvoreándolas con sémola fina o maicena antes de meterlas al horno. Añade romero fresco, ajo entero o sal en escamas al final para un acabado perfecto.
Una salsa más profunda y compleja
La salsa gravy, elaborada con los jugos del asado, es el hilo conductor de todo el plato. Para potenciar su sabor, saltea una cucharada de concentrado de tomate con los jugos, desglasa con vino tinto y reduce a fuego lento. Puedes añadir un toque de salsa de soja, miso rojo o incluso setas deshidratadas rehidratadas para dar un impulso de umami.
Usa caldo casero de huesos si es posible, y no dudes en espesar con roux casero (mezcla de harina y mantequilla) o almidón de maíz diluido, según prefieras. La clave está en lograr una salsa brillante, con cuerpo, que unifique todos los sabores sin opacarlos.
Alternativas saludables sin perder el alma del plato
Es posible disfrutar de este clásico de forma más ligera sin renunciar al sabor. Usa cortes magros de res o sustituye parte del contenido de carne por setas portobello asadas, que aportan una textura carnosa y un sabor profundo.
Sustituye la harina del Yorkshire pudding por una mezcla sin gluten o por harina integral para un toque más rústico. Utiliza leche de avena o leche de almendras sin azúcar y reduce la cantidad de sal usando caldos bajos en sodio.
Para los acompañamientos, añade más vegetales como brócoli al vapor, calabaza asada, col rizada crujiente o zanahorias glaseadas para aumentar el aporte de fibra, vitaminas y color. Estos ingredientes complementan muy bien el conjunto del plato y equilibran su perfil nutricional.
Errores comunes que se deben evitar
Entre los errores más frecuentes destaca el exceso de cocción de la carne, que la vuelve dura y seca. Usar un termómetro digital es fundamental para controlar el punto exacto de cocción. No olvides el reposo después del horneado: nunca cortes la carne recién salida del horno.
Otro fallo habitual es no calentar lo suficiente el aceite de los Yorkshire puddings o añadir la mezcla demasiado pronto. En cuanto a las patatas, el error más común es cocinarlas en aceite frío o no agitarlas antes de hornear, lo que da como resultado una textura blanda.
Toques finales para una presentación de restaurante
Para llevar tu plato al siguiente nivel, presta atención a la presentación. Sirve en platos precalentados, añade una ramita de romero fresco, unas gotas de aceite de trufa o hierbas aromáticas picadas sobre las patatas.
Una cucharada de rábano picante fresco rallado o una salsa de rábano casera puede aportar un contraste delicioso con la carne. También puedes espolvorear avellanas tostadas picadas o un poco de polvo de setas secas sobre la salsa para una nota de tierra inesperada.
Con estas ideas, el asado dominical con Yorkshire pudding no solo mantendrá su esencia tradicional, sino que se convertirá en un plato vibrante, moderno y perfectamente adaptado a los gustos actuales. Es un homenaje a la cocina casera, mejorado con técnicas inteligentes y un toque de creatividad.
Alérgenos presentes en la receta
- Gluten (harina de trigo)
- Huevos
- Leche
Consejos para sustituir alérgenos y el gluten
- Sustituir la harina de trigo por una mezcla sin gluten (proporción 1:1)
- Sustituir la leche entera por bebidas vegetales como leche de avena o de soja
- Sustituir los huevos por sustitutos vegetales (chía o linaza molida con agua)
- Vitamina A: 680 µg – esencial para la visión y el sistema inmunológico
- Vitamina B12: 2.4 µg – favorece la producción de glóbulos rojos
- Vitamina D: 3.1 µg – mejora la absorción de calcio y fortalece los huesos
- Hierro: 5.2 mg – ayuda en el transporte de oxígeno en sangre
- Calcio: 140 mg – necesario para huesos y dientes sanos
- Potasio: 930 mg – regula los líquidos corporales y la presión arterial
- Magnesio: 48 mg – apoya más de 300 procesos enzimáticos
- Zinc: 6.3 mg – fortalece el sistema inmunológico y la cicatrización
- Beta-caroteno: 4.5 mg – precursor de la vitamina A, protege la piel
- Polifenoles (verduras y hierbas): 80 mg – protegen contra el estrés oxidativo
- Glutatión (carne de res): 6 mg – apoya la desintoxicación celular
- Luteína + zeaxantina: 1.2 mg – protegen la salud ocular y previenen cataratas
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