Rollos de canela caseros para el desayuno navideño rinden 12 piezas, con 30 minutos de preparación, 25 minutos de horneado y un total de 115 minutos incluyendo el levado. La masa suave y esponjosa con mantequilla, azúcar moreno y canela crea un relleno aromático cubierto por un delicado glaseado de vainilla. Se conservan hasta 2 días a temperatura ambiente o 2 meses en el congelador, y al recalentarlos a 150 °C durante 8–10 minutos recuperan toda su frescura. Perfectos para compartir en familia, aportan calor y dulzura a la mesa navideña.

Un clásico navideño lleno de aroma y calidez
El encanto de los rollos de canela en la mesa festiva
Suaves, dorados y fragantes, los rollos de canela caseros son el corazón de un desayuno navideño lleno de tradición y confort. La masa esponjosa, enriquecida con mantequilla, leche y huevos, envuelve un relleno dulce de azúcar moreno y canela, creando una espiral perfecta que se completa con un delicado glaseado. El resultado es un bocado que transmite calidez, ideal para compartir en familia durante las fiestas.
El origen de estas piezas se encuentra en la repostería del norte de Europa, donde los kanelbullar suecos y los zimtschnecken alemanes ya formaban parte de la vida cotidiana en el siglo XVIII. Con el paso del tiempo, las variaciones viajaron por el mundo y se convirtieron en un símbolo de hospitalidad. Hoy en día, preparar rollos de canela caseros para la Navidad significa revivir esa herencia gastronómica en un ambiente familiar y festivo.
Elementos que hacen únicos a los rollos de canela
El secreto está en una masa enriquecida y bien fermentada, combinada con ingredientes que aportan textura y sabor:
- Harina que da estructura y elasticidad.
- Levadura que genera ligereza y volumen.
- Mantequilla que suaviza la miga y realza el sabor.
- Canela que aporta calidez y un perfume inconfundible.
- Azúcar que equilibra y aporta un punto caramelizado.
La combinación crea un equilibrio entre lo dulce y lo especiado, logrando un resultado suave, aromático y profundamente reconfortante.
Por qué estos rollos serán tus favoritos
- Textura tierna y esponjosa en cada bocado.
- Sabor intenso de canela perfecto para Navidad.
- Ideales para un desayuno festivo o una merienda especial.
- Posibilidad de prepararlos con antelación para mayor comodidad.
- Personalizables con diferentes rellenos o coberturas.
Versiones creativas para sorprender en Navidad
Aunque la receta clásica es insustituible, existen variaciones deliciosas:
- Añadir ralladura de naranja o cardamomo para un toque fresco.
- Incorporar nueces o pacanas para un contraste crujiente.
- Sustituir el glaseado por salsa de caramelo salado.
- Añadir pepitas de chocolate que se funden durante la cocción.
- Perfumar con mezcla de especias navideñas para mayor intensidad.
Estas alternativas permiten adaptar los rollos a diferentes gustos sin perder su esencia navideña.
Conservación y preparación con antelación
Aunque los rollos de canela están en su mejor momento recién horneados, se pueden conservar y planificar de la siguiente forma:
- A temperatura ambiente se mantienen hasta 2 días en un recipiente hermético.
- En el congelador conservan su calidad hasta 2 meses.
- Para recalentarlos, basta con hornearlos a 150 °C durante 8–10 minutos para que recuperen su textura suave y su aroma.
Una opción práctica es preparar la masa la noche anterior, dejarla fermentar en frío y hornearlos por la mañana. Así, el hogar se llena del aroma de la canela mientras la familia se reúne alrededor de la mesa navideña.
Una tradición que trasciende el sabor
Los rollos de canela caseros para el desayuno navideño son más que un dulce: representan un ritual. Desde amasar y extender la masa, hasta enrollar y cortar las espirales, cada paso es parte de una experiencia compartida. Una vez en la mesa, se convierten en protagonistas del día, evocando tradición, unión y celebración en cada bocado.
- Calentar ligeramente la leche y disolver la levadura con una cucharadita de azúcar. Dejar reposar 5–10 minutos hasta que esté espumosa.
- En un bol grande, mezclar la harina, el resto del azúcar y la sal. Añadir la mantequilla derretida, los huevos y la mezcla de levadura. Amasar hasta obtener una masa suave.
- Cubrir y dejar reposar en un lugar cálido durante unos 60 minutos hasta que duplique su volumen.
- Extender la masa en un rectángulo sobre una superficie enharinada. Untar la mantequilla blanda y espolvorear con azúcar moreno y canela.
- Enrollar la masa firmemente formando un cilindro y cortar en 12 piezas iguales.
- Colocar los rollos en un molde engrasado, dejando espacio entre ellos. Cubrir y dejar reposar de nuevo 30–40 minutos.
- Precalentar el horno a 180 °C (350 °F). Hornear de 20 a 25 minutos hasta que estén dorados.
- Mezclar azúcar glas, leche y extracto de vainilla para hacer el glaseado y verter sobre los rollos aún calientes.
FAQ question¿Puedo dejarlos listos la noche anterior?
Sí. Forma las espirales, colócalas en el molde, cubre herméticamente y refrigera 8–16 horas. Por la mañana, deja que fermenten a temperatura ambiente 45–75 minutos hasta que estén esponjosas y hornea. Para planificar a más largo plazo, puedes congelar los rollos formados hasta 2 meses, descongelar una noche en la nevera, dejar levar y hornear. Este método overnight hace el desayuno de Navidad más tranquilo.
FAQ question¿Qué harina da la miga más tierna?
Elige harina de trigo de uso común (proteína 10–11,5 %) para una miga suave y aireada. Una harina más fuerte aporta masticabilidad y puede apretar la miga si se amasa de más. Busca una masa blanda y ligeramente pegajosa que se despegue de las paredes del bol: esa hidratación es clave para capas ligeras y esponjosas.
FAQ question¿Cómo evito que el relleno se salga?
Unta mantequilla blanda (no derretida) para que se adhieran el azúcar moreno y la canela. Deja un borde sin mantequilla para sellar, enrolla bien prieto y enfría el cilindro 10–15 minutos antes de cortar. Corta con hilo dental sin sabor para obtener espirales limpias. Coloca los rollos relativamente juntos para que leven en conjunto y retengan mejor el relleno canela-mantequilla.
FAQ question¿A qué temperatura debe estar la leche para la levadura?
Apunta a 38–40 °C. Más fría ralentiza la fermentación; demasiado caliente puede dañar la levadura. Deja espumar 5–10 minutos hasta ver actividad. Si no ocurre nada, cambia de levadura para asegurar un levado fiable y un horneado alto y uniforme.
FAQ question¿Cómo sé que están perfectamente horneados?
Busca un color dorado intenso y centros cuajados. Una temperatura interna de 88–93 °C indica el punto ideal en masas enriquecidas. Si se doran demasiado rápido, cubre ligeramente con papel de aluminio. Al presionar suavemente el rollo central, debe volver elásticamente; la cocina olerá a mantequilla y canela.
FAQ question¿Cuál es la mejor forma de conservar y recalentar?
Guárdalos 2 días a temperatura ambiente en recipiente hermético o congélalos hasta 2 meses (horneados o formados sin hornear). Recalienta a 150 °C durante 8–10 minutos o 10–15 segundos en microondas (con un vasito de agua para humedad). Para la mejor textura, glasea después de recalentar: el glaseado queda sedoso y la miga tierna.
PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia en repostería, especializado en cocina europea e internacional. Para estos rollos de canela, he aplicado mi experiencia en masas fermentadas y dulces festivos para lograr un equilibrio perfecto entre textura esponjosa, relleno aromático y un glaseado suave que realza el espíritu navideño.
Recién horneados, los rollos de canela llenan la casa de un aroma cálido que envuelve el desayuno navideño en un ambiente de unión y celebración. La suavidad de la masa fermentada, combinada con la dulzura del azúcar moreno y la intensidad de la canela, convierte cada bocado en un gesto de confort y tradición.
La mezcla de textura esponjosa, relleno aromático y glaseado delicado los convierte en un clásico que siempre ocupa un lugar central en la mesa de Navidad. Además, su versatilidad permite añadir toques personales, como ralladura de cítricos, frutos secos o incluso chocolate, para adaptarse a todos los gustos sin perder su esencia festiva.
Gracias a la posibilidad de prepararlos con antelación, congelarlos y recalentarlos, se integran fácilmente en la rutina de las fiestas. Al calentarlos suavemente recuperan su frescura y mantienen su atractivo, permitiendo disfrutarlos incluso días después de hornearlos.
Cada espiral de masa, mantequilla y especias representa más que un dulce: simboliza tradición, compañía y celebración compartida. Colocados en el centro de la mesa, no solo endulzan el momento, sino que crean recuerdos que perduran más allá de la Navidad.
Alérgenos presentes en la receta
- Gluten (harina)
- Huevos
- Lácteos (leche, mantequilla)
Consejos para sustituciones
- Sustituir la harina de trigo por una mezcla sin gluten para una versión apta.
- Cambiar la leche por bebida de avena o almendra y la mantequilla por margarina vegetal para una versión sin lactosa.
- Usar semillas de lino molidas con agua en lugar de huevos para una opción sin huevo.
- Vitamina A: 180 µg – apoya la visión y fortalece el sistema inmunológico.
- Vitamina B2 (Riboflavina): 0,2 mg – favorece el metabolismo energético.
- Vitamina B12: 0,3 µg – esencial para el sistema nervioso y la sangre.
- Calcio: 60 mg – refuerza huesos y dientes.
- Hierro: 2 mg – importante para el transporte de oxígeno.
- Magnesio: 20 mg – contribuye al buen funcionamiento muscular y nervioso.
- Potasio: 120 mg – ayuda a mantener el equilibrio de líquidos y la presión arterial.
- Polifenoles de la canela: 40 mg – ayudan a regular el azúcar en sangre y combaten la inflamación.
- Vitamina E: 0,4 mg – protege las células del estrés oxidativo.
- Betacaroteno: 50 µg – antioxidante que favorece la salud de la piel y el sistema inmune.