Un strudel de manzana clásico con salsa de vainilla casera rinde 8 porciones, con 40 minutos de preparación, 40 minutos de horneado y un total de 80 minutos. La masa fina y crujiente envuelve un relleno jugoso de manzanas, pasas, azúcar y canela, acompañado de una salsa de vainilla cremosa que aporta equilibrio. Puede conservarse 2 días a temperatura ambiente, congelarse hasta 2 meses y recalentarse a 150 °C durante 8–10 minutos. El resultado es un postre dorado y aromático, perfecto tanto para celebraciones como para disfrutar en familia.

Delicia vienesa: strudel de manzana con salsa de vainilla
Una tradición que une sabor y cultura
El strudel de manzana clásico con salsa de vainilla casera combina una masa fina y crujiente con un relleno jugoso y aromático. Cada bocado ofrece el contraste perfecto entre el crujir de la masa estirada y la suavidad de las manzanas cocidas con azúcar, canela y pasas. La salsa de vainilla cremosa aporta una textura aterciopelada que equilibra los sabores y convierte este postre en una experiencia completa, ideal para celebraciones familiares o como final elegante en una comida especial.
Origen e historia del strudel
El apfelstrudel tiene sus raíces en el Imperio austrohúngaro y está profundamente ligado a la tradición de las cafeterías vienesas. Inspirado en los dulces orientales que llegaron a Europa a través de los otomanos, evolucionó en Austria hasta convertirse en un símbolo de su repostería. La característica más apreciada es la masa, que debe estirarse tan fina que permita ver a través de ella. Con el tiempo, esta exigencia técnica se transformó en una muestra de maestría repostera y en un legado transmitido de generación en generación.
Elementos clave para el sabor y la textura
- Manzanas: aportan acidez fresca, dulzor natural y jugosidad.
- Canela y azúcar: intensifican el aroma y añaden calidez.
- Pasas: equilibran con dulzura el contraste de las frutas.
- Pan rallado o nueces: absorben el exceso de jugo y conservan el crujiente de la masa.
- Salsa de vainilla: añade cremosidad y unifica todos los elementos del postre.
Gracias a esta combinación, el resultado es un postre refinado que mezcla sencillez, tradición y sofisticación.
Por qué te encantará este strudel
- Masa crujiente y ligera que se rompe delicadamente al morder
- Relleno jugoso con manzanas especiadas y pasas dulces
- Aroma inconfundible de la canela horneada
- Contraste perfecto con la suavidad de la salsa de vainilla
- Versatilidad: adecuado para ocasiones festivas y momentos cotidianos
Variaciones creativas para experimentar
El strudel de manzana admite múltiples variaciones sin perder su esencia:
- Sustituir parte de las manzanas por peras para un sabor más suave.
- Añadir nueces o almendras para mayor crocancia y profundidad.
- Incorporar un toque de ron o licor para una versión más sofisticada.
- Cambiar las pasas por arándanos secos y añadir un matiz ácido.
- Servir con nata montada o helado de vainilla en lugar de la salsa.
Conservación y preparación con antelación
Un strudel de manzana recién horneado es insuperable, pero puede conservarse fácilmente:
- A temperatura ambiente: hasta 2 días cubierto con un paño.
- En el congelador: hasta 2 meses, bien envuelto.
- Para recalentar: introducir en el horno a 150 °C durante 8–10 minutos, logrando nuevamente una masa crujiente sin secar el relleno.
Una experiencia sensorial completa
La magia de este postre está en el contraste de texturas y aromas. Mientras la masa se dora en el horno, el perfume de las manzanas horneadas con canela llena la cocina y crea una atmósfera acogedora. Servido en rebanadas, espolvoreado con azúcar glas y acompañado de una salsa de vainilla aterciopelada, el strudel se convierte en una joya de la repostería centroeuropea que nunca pasa de moda.
El strudel de manzana con salsa de vainilla encarna lo mejor de la tradición pastelera: sencillez, elegancia y la capacidad de transformar ingredientes comunes en una auténtica delicia.
- En un bol grande, mezclar la harina, el agua tibia, el aceite y la sal. Amasar hasta obtener una masa lisa y elástica. Cubrir con un paño y dejar reposar 30 minutos.
- Mientras tanto, preparar el relleno: cortar las manzanas en rodajas finas y mezclarlas con azúcar, canela, pasas y zumo de limón. Dejar reposar 10 minutos.
- Extender la masa sobre un paño enharinado y estirarla con cuidado hasta que quede casi transparente.
- Pincelar con la mitad de la mantequilla derretida. Espolvorear uniformemente con pan rallado para absorber el exceso de jugo.
- Distribuir el relleno de manzana de manera uniforme, dejando libres los bordes.
- Enrollar suavemente el strudel con la ayuda del paño y sellar bien los extremos.
- Colocar en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear y pincelar con la mantequilla restante.
- Hornear en un horno precalentado a 190 °C (375 °F) durante 35–40 minutos, hasta que esté dorado y crujiente.
- Mientras se hornea, preparar la salsa de vainilla: calentar la leche con la vaina de vainilla. En un bol, batir las yemas con el azúcar y la maicena hasta que la mezcla blanquee. Incorporar poco a poco la leche caliente sin dejar de batir. Volver a poner a fuego lento y cocinar hasta que espese ligeramente. Retirar la vaina.
- Servir el strudel caliente, espolvoreado con azúcar glas y acompañado de salsa de vainilla.
FAQ question¿Qué manzanas son mejores para el strudel de manzana?
Elige manzanas ácidas y firmes como Granny Smith, Braeburn, Jonagold o Boskoop. Su acidez más alta mantiene el sabor vivo y su menor contenido de agua evita que el relleno empape la masa. Combinar dos variedades aporta equilibrio dulce-ácido y mejor textura.
FAQ question¿Puedo usar pasta phyllo en lugar de masa de strudel casera?
Sí. Superpone 6–8 hojas de phyllo, cada una pincelada con mantequilla derretida, para conseguir una envoltura fina y muy crujiente. Mantén las hojas cubiertas con un paño ligeramente húmedo para que no se sequen; no tendrá la misma elasticidad que la masa estirada a mano, pero el resultado es excelente.
FAQ question¿Cómo evito que la base quede húmeda o blanda?
Espolvorea pan rallado ligeramente tostado en mantequilla sobre la masa para absorber los jugos. Deja reposar el relleno y retira el exceso de líquido antes de enrollar. Hornea sobre una bandeja precalentada para favorecer la evaporación y conservar una base crujiente.
FAQ question¿Por qué se me rompe la masa al estirarla?
Suele faltar desarrollo de gluten o reposo. Amasa hasta que quede lisa y deja reposar al menos 30 minutos para ganar elasticidad. Estira desde el centro hacia los bordes sobre un paño enharinado; si aparece un pequeño desgarro, parchea con un trocito fino de masa y continúa.
FAQ question¿Temperatura y posición ideales en el horno?
Hornea en la rejilla central a 190 °C (375 °F) durante 35–40 minutos, hasta lograr una corteza dorada y hojaldrada. Gira la bandeja a mitad de cocción para un color uniforme. Un pincelado extra de mantequilla antes y a mitad de horneado potencia la crocancia y el brillo.
FAQ question¿Cómo consigo una salsa de vainilla sedosa y sin grumos?
Bate yemas con azúcar y maicena, y templa con leche caliente en hilo mientras mezclas. Vuelve al fuego suave y remueve hasta que nape la cuchara. No dejes que hierva para evitar cuajos. Al final, cuela por un tamiz fino para una textura aterciopelada.
FAQ question¿Puedo preparar el strudel con antelación y cómo recalentarlo?
Puedes enrollarlo y refrigerarlo unas horas antes de hornear, o hornearlo y conservarlo 2 días a temperatura ambiente (bien cubierto). Se congela hasta 2 meses. Para devolverle la crocancia, recalienta a 150 °C durante 8–10 minutos: la corteza vuelve crujiente sin resecar el relleno.
PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia en cocina y repostería, especializado en gastronomía europea e internacional. Para este strudel de manzana con salsa de vainilla, me basé en mi trabajo con masas finas y rellenos tradicionales, buscando el equilibrio perfecto entre una corteza crujiente y un interior jugoso. Mi manera de entender esta receta combina la técnica clásica con un enfoque práctico para que cualquiera pueda disfrutar de un postre lleno de tradición y sabor.
Un strudel de manzana con salsa de vainilla reúne la esencia de la repostería europea: masa fina y crujiente, un relleno de fruta aromática y una crema suave que aporta equilibrio. Cada porción ofrece el contraste entre la textura dorada y las manzanas especiadas que se funden en el interior.
La grandeza de este postre está en la sencillez de sus ingredientes – manzanas, azúcar, canela, mantequilla y pasas – que juntos crean un resultado sofisticado y reconfortante. La salsa de vainilla casera intensifica la experiencia, envolviendo cada bocado en una suavidad aterciopelada.
Como parte del legado culinario centroeuropeo, este dulce representa tradición, técnica y creatividad. Al mismo tiempo, admite variaciones con frutos secos, peras o frutos rojos, lo que demuestra su versatilidad sin perder identidad.
La combinación de historia, sabor y textura convierte al strudel de manzana con salsa de vainilla en un postre atemporal, capaz de acompañar celebraciones familiares, momentos cotidianos y mesas festivas con el mismo encanto.
Alérgenos presentes en la receta
- Gluten (harina)
- Huevos (yemas en la salsa de vainilla)
- Lácteos (mantequilla y leche)
Consejos para sustituir alérgenos
- Usar mezcla de harina sin gluten en lugar de harina de trigo.
- Sustituir la mantequilla y la leche por alternativas vegetales.
- Cambiar las yemas de la salsa de vainilla por maicena o polvo para flan sin huevo.
- Vitamina C: 8 mg – fortalece el sistema inmunitario y favorece la salud de la piel
- Vitamina A: 90 µg – esencial para la visión y la protección celular
- Calcio: 65 mg – ayuda a mantener huesos y dientes fuertes
- Potasio: 310 mg – regula la presión arterial y apoya la función muscular
- Hierro: 1.2 mg – contribuye al transporte de oxígeno en la sangre
- Polifenoles de las manzanas: 120 mg – reducen el estrés oxidativo y la inflamación
- Flavonoides de las pasas: 40 mg – apoyan la salud cardiovascular
- Antioxidantes de la canela: 25 mg – ayudan a regular la glucosa y tienen efecto antiinflamatorio