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Carne Picada en Salsa de Tomate con Especias: Un Clásico Reconfortante de Sabores Profundos

La carne picada en salsa de tomate con especias es una receta que resalta por su sabor rico y reconfortante. Esta combinación simple y deliciosa de carne jugosa con una salsa de tomate aromatizada y especias crea un plato que encanta a todos los paladares. Es un plato versátil, presente en muchas cocinas alrededor del mundo, ya sea en una salsa de estilo boloñesa italiana, en el picante y vibrante picadillo mexicano, o en las tradicionales salsas mediterráneas. La receta básica puede personalizarse fácilmente para incorporar diferentes especias y sabores, adaptándola a gustos y preferencias específicas.

Esta receta de carne picada en salsa de tomate ofrece una mezcla perfecta de textura y sabor. La carne, ya sea de res, cerdo, cordero o incluso de ave, se cocina lentamente en una salsa rica en tomate, que poco a poco absorbe los sabores de las especias y se convierte en una experiencia de sabor complejo y reconfortante. Con cada bocado, se percibe el equilibrio entre la acidez del tomate y la profundidad de la carne, todo acentuado por los matices de las especias seleccionadas.

Ingredientes Clave para una Salsa Perfecta

La base de este plato es una carne picada de alta calidad, que se convierte en el centro de sabor y textura de la receta. Sin embargo, el verdadero secreto de una salsa de tomate deliciosa está en el uso de especias y hierbas aromáticas. Tradicionalmente, se emplean ingredientes como cebolla, ajo, orégano, albahaca y hojas de laurel. Estos componentes clásicos inspiran un perfil de sabor terroso y ligeramente dulce que complementa maravillosamente la acidez natural del tomate.

El tomate es otro protagonista clave, ya que aporta su color vibrante y sabor. Los tomates frescos son ideales, pero las conservas de tomate de alta calidad o el puré de tomate también ofrecen resultados exquisitos, especialmente cuando se enriquecen con un toque de vino tinto o vinagre balsámico para añadir profundidad. Un toque de azúcar o miel puede ser útil para equilibrar la acidez, resultando en una salsa redonda y bien balanceada.

El Arte de Cocinar a Fuego Lento

Uno de los aspectos más importantes para una salsa de tomate con carne picada es la técnica de cocción. La cebolla y el ajo se saltean suavemente en aceite de oliva al comienzo, liberando sus aromas y estableciendo la base de sabor de la salsa. Luego, la carne picada se agrega a la mezcla, donde se dora a fuego medio, ayudando a desarrollar una capa de sabores. Cuando los tomates y las especias se incorporan, la mezcla se lleva a un hervor suave y prolongado.

Cocinar a fuego lento permite que la carne se ablande, absorbiendo todos los matices de la salsa y las especias. Este método de cocción prolongado también permite que la salsa espese, cubriendo cada pedazo de carne en una capa rica y sedosa de tomate y especias. Después de aproximadamente una hora de cocción lenta, se obtiene una salsa aromática, intensa y perfectamente equilibrada, lista para servir con pasta, arroz, o pan crujiente.

Versatilidad y Sugerencias para Servir

La carne picada en salsa de tomate es increíblemente versátil, convirtiéndola en una opción perfecta tanto para cenas familiares como para ocasiones especiales. Puedes combinarla con una pasta al dente para un clásico estilo boloñesa, o servirla sobre un lecho de puré de papas para una variación más reconfortante. También se puede disfrutar con verduras al vapor o pimientos asados, que añaden dulzura y color al plato.

Para una opción más ligera, sirve la salsa sobre fideos de calabacín o mézclala con lentejas cocidas para una alternativa rica en proteínas y nutritiva. Esta salsa también funciona como un relleno perfecto para pimientos rellenos o para una deliciosa lasaña. Su versatilidad permite innumerables posibilidades, adaptándose a diversas preferencias dietéticas y estilos culinarios.

Ideal para Preparación Anticipada

Para aquellos que prefieren la preparación anticipada de comidas, la carne picada en salsa de tomate es una opción ideal. Los sabores de la salsa continúan desarrollándose en el refrigerador, haciéndola aún más sabrosa al día siguiente. Una vez preparada, esta salsa puede ser congelada en porciones, lista para disfrutarse en cualquier momento. Simplemente caliéntala y, en cuestión de minutos, tendrás una comida nutritiva y deliciosa lista para servir.

Beneficios Nutricionales

Este plato no solo es delicioso, sino también nutritivo. La carne picada es una excelente fuente de proteínas y hierro, esenciales para el desarrollo muscular y el mantenimiento de la energía. Los tomates, por su parte, aportan una buena cantidad de vitamina C, que apoya el sistema inmunológico y mejora la absorción del hierro. Además, las especias como el orégano y la albahaca contienen antioxidantes que ayudan a combatir la inflamación y promueven una salud óptima.

Un Clásico que Une Tradición y Sabor Moderno

Lo que hace especial a la carne picada en salsa de tomate con especias es su habilidad para ser un plato familiar y reconfortante que todos disfrutan. Desde su sencillez hasta su versatilidad, es una receta que aporta calidez y satisfacción, evocando recuerdos de hogar y comidas en familia. Con esta receta, podrás conquistar corazones y paladares, ofreciendo una experiencia de sabor tradicional con un toque moderno y saludable.

Esta receta no solo es ideal para cualquier momento del año, sino que también permite explorar combinaciones y sabores que la convierten en una auténtica delicia culinaria.

 

Ingredientes de la receta
Aceite de oliva – 30 ml (2 cucharadas)
Cebolla – 150 g (aprox. 1 cebolla grande)
Ajo – 10 g (2 dientes)
Carne picada (res o cerdo) – 500 g (1,1 lb)
Zanahoria – 100 g (aprox. 1 zanahoria mediana)
Apio – 50 g (aprox. 1 tallo)
Tomates en conserva – 400 g (1 lata, 14 oz)
Puré de tomate – 30 g (2 cucharadas)
Vino tinto – 100 ml (3,4 fl oz)
Agua o caldo de res – 200 ml (0,8 taza)
Sal – 5 g (1 cucharadita)
Pimienta negra – 1 g (¼ cucharadita)
Orégano seco – 1 g (¼ cucharadita)
Albahaca seca – 1 g (¼ cucharadita)
Hoja de laurel – 1 hoja entera
Azúcar – 2 g (½ cucharadita, opcional para balancear la acidez)
La cantidad producida por la receta.
Porciones: 4

 

Preparación
15 minutos
Cocinar / Hornear
60 minutos
Tiempo total
75 minutos
Instrucciones de preparación
  1. Preparar los ingredientes
    Picar finamente la cebolla y el ajo. Rallar la zanahoria y picar el apio en trozos pequeños.
  2. Sofreír las verduras
    Calentar el aceite de oliva en una sartén grande o cacerola a fuego medio. Añadir la cebolla y cocinar durante unos 5 minutos hasta que esté transparente. Agregar el ajo, la zanahoria y el apio, y cocinar por 3–4 minutos adicionales, revolviendo ocasionalmente.
  3. Dorar la carne
    Subir el fuego a medio-alto. Agregar la carne picada y desmenuzarla con una espátula. Cocinar hasta que la carne esté dorada y no quede rosada, aproximadamente 6–8 minutos.
  4. Añadir el vino tinto
    Verter el vino tinto y revolver, despegando cualquier residuo dorado del fondo de la sartén. Dejar que hierva durante 2–3 minutos para reducir el alcohol.
  5. Incorporar los tomates y las especias
    Añadir los tomates en conserva, el puré de tomate, el agua o caldo, la sal, pimienta, orégano, albahaca y la hoja de laurel. Añadir un poco de azúcar si es necesario para balancear la acidez de los tomates.
  6. Cocinar la salsa
    Reducir el fuego a bajo, cubrir y dejar que la salsa se cocine a fuego lento durante 45 minutos. Revolver ocasionalmente para evitar que se pegue.
  7. Ajustar el sazón
    Probar y ajustar la sal y la pimienta si es necesario. Retirar la hoja de laurel antes de servir.

 

Para mejorar la receta de carne picada en salsa de tomate con especias, existen múltiples opciones para intensificar sabores, ajustar texturas y aumentar el valor nutricional del plato. Al hacer pequeñas modificaciones en los ingredientes, los métodos de cocción o las especias utilizadas, puedes adaptar esta receta clásica para que se ajuste a diversas preferencias y necesidades. Aquí tienes algunos consejos detallados para personalizar y optimizar el sabor y la calidad de esta deliciosa receta.

1. Escoger el Tipo de Carne para una Mejor Textura y Sabor

El tipo de carne que elijas puede tener un impacto significativo en el resultado final en cuanto a sabor y textura:

  • Carne de res: La carne picada de res aporta un sabor profundo y robusto que equilibra la acidez del tomate. Para una versión más ligera, elige carne de res magra; aunque será menos jugosa, conservará un buen sabor.
  • Carne de cerdo: La carne de cerdo aporta una textura suave y un toque de dulzura natural. Puedes mezclar cerdo y res en partes iguales para lograr un sabor más equilibrado y una textura jugosa.
  • Carne de cordero: La carne de cordero tiene un sabor más fuerte y terroso que combina bien con hierbas como el romero y el tomillo, ofreciendo una versión más mediterránea de esta receta.
  • Carne de ave (pollo o pavo): Para una opción más baja en grasa, la carne picada de pollo o pavo es ideal. Sin embargo, este tipo de carne tiene un sabor más suave, por lo que puede ser necesario aumentar las especias para lograr un plato sabroso.

Consejo: Si utilizas carne magra, añade una cucharada extra de aceite de oliva o un poco de mantequilla al dorar la carne para evitar que la textura quede seca y mejorar la riqueza de la salsa.

2. Intensificar el Sabor con Ingredientes Adicionales

Para darle a la salsa un perfil de sabor más complejo y equilibrado, considera agregar los siguientes ingredientes:

  • Vino tinto: El vino tinto ya incluido en la receta aporta una profundidad de sabor y un toque de dulzura. Para maximizar su efecto, usa un vino con cuerpo, como Merlot o Cabernet Sauvignon. Si prefieres evitar el alcohol, prueba con caldo de carne y unas gotas de vinagre balsámico para un efecto similar.
  • Pasta de anchoas: Agregar una pequeña cantidad (aprox. 2 g, o ½ cucharadita) de pasta de anchoas al sofreír la cebolla añade un toque umami intenso sin dejar un sabor a pescado.
  • Vegetales adicionales: Incorporar vegetales como pimientos rojos picados, champiñones o calabacín mejora la textura de la salsa y añade nutrientes. Estos ingredientes se cocinan y absorben el sabor de la salsa, mejorando su consistencia.
  • Hierbas frescas: Para un toque de frescura, añade hierbas frescas como albahaca, perejil o romero al final de la cocción. Las hierbas frescas también pueden usarse como guarnición.

3. Ajustar la Textura y Espesor de la Salsa

La textura ideal de esta salsa es lo suficientemente espesa como para adherirse bien a la pasta o servir de cobertura sin ser demasiado densa. Aquí tienes algunas maneras de ajustar la consistencia:

  • Puré de tomate: Si prefieres una salsa más espesa, incrementa ligeramente la cantidad de puré de tomate (añade entre 5–10 g adicionales). Esto intensificará el sabor del tomate y hará que la salsa sea más densa.
  • Tiempo de cocción: Cuanto más tiempo se cocine la salsa a fuego lento, más se reducirá el líquido, concentrando los sabores. Si quieres una salsa más espesa, puedes extender el tiempo de cocción unos 10–15 minutos adicionales.
  • Agentes espesantes: En caso de necesitar espesar la salsa rápidamente, disuelve 5 g (1 cucharadita) de maicena en agua fría y añádela a la salsa. Esta técnica es rápida y no altera el sabor.

Consejo: Cocina la salsa a fuego lento y revuélvela ocasionalmente para evitar que la carne se deshaga demasiado y para mantener una textura uniforme.

4. Balancear la Acidez y la Dulzura

La acidez del tomate puede hacer que la salsa sea demasiado ácida para algunos paladares. Para balancear este sabor, sigue estos consejos:

  • Azúcar: Aunque el azúcar ya está presente en la receta, puedes ajustar la cantidad para suavizar la acidez de los tomates. Comienza con 2 g (½ cucharadita) y añade un poco más si lo consideras necesario.
  • Zanahorias o pimientos: Estos vegetales naturalmente dulces ayudan a equilibrar la acidez del tomate sin añadir azúcar refinada. Ralla o pica finamente la zanahoria o el pimiento y sofríelos junto con la cebolla para que se integren en la salsa.
  • Miel o jarabe de arce: Para una opción de endulzante natural, prueba con un poco de miel o jarabe de arce. Asegúrate de usarlos con moderación, ya que son bastante dulces.

Consejo: Añade estos ingredientes de manera gradual y prueba la salsa constantemente para evitar que se vuelva demasiado dulce.

5. Personalizar el Perfil de Sabores con Especias Regionales

Las especias pueden transformar la salsa en una base de sabor que se adapta a diversas cocinas internacionales. Aquí tienes algunas sugerencias:

  • Estilo italiano: Mantén las hierbas clásicas como el orégano, la albahaca y el tomillo. Si te gusta el picante, añade una pizca de hojuelas de chile.
  • Toque mexicano: Sustituye la albahaca y el orégano por comino y pimentón ahumado para lograr un sabor ahumado y terroso. Para un toque picante, agrega un jalapeño o un poco de chile en polvo.
  • Inspiración mediterránea: Prueba con canela, cilantro molido y un toque de pimentón dulce para un perfil de sabor cálido, que es perfecto para acompañar con couscous o arroz.
  • Estilo indio: Añade cúrcuma, comino y una pizca de garam masala. Esto transforma la salsa en un plato aromático y ligeramente especiado; añade un poco de leche de coco para una textura más cremosa.

6. Convertir el Plato en una Opción Sin Gluten

Para hacer de esta receta una opción sin gluten, presta atención a los ingredientes que podrían contener gluten:

  • Caldo y vino: Algunos caldos comerciales y vinos pueden contener gluten. Opta por versiones etiquetadas como sin gluten o elabora tu propio caldo casero.
  • Guarniciones: Acompaña la salsa con pasta sin gluten, arroz o vegetales asados. Los fideos de calabacín o espaguetis de calabaza son excelentes alternativas bajas en carbohidratos y sin gluten.

Consejo: Utiliza pasta sin gluten hecha de arroz, maíz o quinoa, que ofrecen una textura ideal y absorben bien la salsa.

7. Aumentar el Valor Nutricional

Si deseas que este plato sea aún más nutritivo, considera estas alternativas:

  • Legumbres: Agrega lentejas cocidas o garbanzos para aumentar el contenido de fibra y proteínas vegetales. Esto también es útil para una versión vegetariana o flexitariana del plato.
  • Verduras de hoja verde: Agrega espinacas o col rizada (kale) al final de la cocción para añadir vitaminas A, C y hierro. Las hojas se marchitan rápidamente y se integran sin cambiar la textura.
  • Aceites ricos en omega-3: Agrega unas gotas de aceite de linaza o cáñamo antes de servir para un extra de ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para la salud del corazón.

8. Preparación Anticipada y Almacenamiento

Esta salsa es ideal para hacerla en grandes cantidades y guardarla para futuras comidas:

  • Almacenamiento en refrigerador: Deja que la salsa se enfríe completamente antes de guardarla en un recipiente hermético. Puede durar hasta 4 días en el refrigerador.
  • Congelación en porciones: Divide la salsa en porciones individuales y congélala. Esto es práctico para tener una comida rápida y saludable cuando tienes poco tiempo.
  • Recalentado y ajuste: Al recalentar, puedes añadir una pizca de sal o pimienta fresca para revitalizar el sabor, ya que algunos condimentos pueden perder intensidad después de la congelación.

Consejo: Al recalentar, añade un poco de agua o caldo para restaurar la consistencia original de la salsa si ha espesado demasiado.

9. Alternativas Veganas y Vegetarianas

Para una versión vegetariana o vegana, sustituye la carne picada con opciones de origen vegetal:

  • Champiñones: Los champiñones finamente picados ofrecen una textura “carnosa” y un sabor umami que se asemeja a la carne. Saltéalos hasta que estén dorados para realzar su sabor.
  • Sustitutos vegetales de carne: Muchas alternativas a base de plantas tienen una textura similar a la carne y funcionan perfectamente en salsas. Reduce ligeramente el tiempo de cocción si usas estas alternativas.
  • Lentejas o tofu: Las lentejas marrones aportan un perfil de textura y sabor similar a la carne picada, mientras que el tofu absorbe muy bien los sabores de las especias.

Consejo: Añade especias adicionales para realzar el sabor de los ingredientes vegetales, ya que suelen ser más suaves que la carne.

Con estos consejos puedes adaptar la carne picada en salsa de tomate según tus preferencias, logrando así un plato versátil que puede disfrutarse de diferentes maneras, manteniendo un sabor delicioso y equilibrado en cada bocado.

Tamaño de la porción
Información Nutricional (por Porción)
Calorias (kcal)
350
Carbohidrato (g)
14
Colesterol (mg)
75
Fibra (g)
3
Proteínas (g)
22
Sodio (mg)
600
Azúcar (g)
6
Grasa (g)
22
Grasa saturada (g)
5
Grasa insaturada (g)
15
Grasas trans (g)
0
Alérgenos
  • Alergias: Este plato no contiene alérgenos comunes, pero se debe tener cuidado con los tomates en conserva que podrían tener trazas de gluten.
  • Libre de gluten, siempre que se sirva sin pasta o con pasta sin gluten.

Consejo de sustitución: Usar tomates en conserva sin gluten o tomates frescos para evitar contaminaciones cruzadas. Sustituir el vino tinto por caldo sin gluten si se desea.

Vitaminas y minerales
  • Vitamina A: 4000 UI – Beneficia la salud de la vista y fortalece el sistema inmunológico.
  • Vitamina C: 12 mg – Refuerza el sistema inmunológico y ayuda en la absorción de hierro.
  • Hierro: 3 mg – Esencial para la salud de la sangre y la producción de energía.
  • Calcio: 50 mg – Apoya la salud ósea y muscular.
Contenido de antioxidantes
  • Licopeno de los tomates (aproximadamente 15 mg por porción): Puede reducir la inflamación y apoyar la salud cardiovascular.
  • Flavonoides de hierbas como el orégano y la albahaca: Protegen las células del daño y contribuyen a efectos antiinflamatorios.

 

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