Rinde 8 porciones y está lista en 37 minutos (25 minutos de preparación, 12 minutos de cocción). El brazo de chocolate de San Nicolás combina un bizcocho de cacao esponjoso, una crema de chocolate suave y una ganache brillante para lograr un postre elegante y equilibrado. Puede prepararse con antelación y conservarse hasta tres días en el refrigerador, manteniendo su textura húmeda y su sabor intenso. Perfecto para las fiestas, ofrece una experiencia dulce y refinada con el toque cálido del invierno.

Brazo de chocolate de San Nicolás – una creación suave y festiva para los días más dulces del invierno
Un postre elegante que combina tradición, sabor intenso y una textura irresistible
El brazo de chocolate de San Nicolás celebra el espíritu acogedor de diciembre, donde el calor del horno se mezcla con el aroma del cacao y la vainilla. Con su bizcocho esponjoso, una crema de chocolate aterciopelada y una cobertura brillante, este postre encarna la perfección en equilibrio entre ligereza y profundidad de sabor. Cada porción revela una espiral precisa, suave y delicada, ideal para compartir durante las fiestas con familia o amigos.
Origen e historia del brazo de San Nicolás
El clásico brazo de gitano tiene raíces que se remontan a la repostería europea del siglo XIX, pero la versión dedicada a San Nicolás adopta una identidad más invernal. Se inspira en las costumbres centroeuropeas que celebran el 6 de diciembre, día en que se honra al santo protector de los niños con dulces caseros y chocolates. Este postre se ha convertido en una tradición moderna, adaptando el estilo clásico francés y austríaco con ingredientes de textura ligera y un acabado elegante, símbolo de hospitalidad y celebración.
Por qué te encantará este postre
- Textura perfecta entre suavidad y cremosidad.
- Preparación sencilla con un resultado profesional.
- Sabor equilibrado entre el cacao amargo y la dulzura de la crema.
- Ideal para preparar con antelación, sin perder frescura.
- Decoración versátil, adaptada a tu estilo: frutas, frutos secos o ralladura de naranja.
Cómo los ingredientes marcan la diferencia
Los huevos aportan volumen y elasticidad al bizcocho, el azúcar retiene la humedad y realza el color dorado, mientras que el cacao puro intensifica el aroma profundo y amargo del chocolate. La nata montada se combina con chocolate negro fundido para crear una textura sedosa y ligera. Un toque de vainilla natural, café espresso o licor de avellana equilibra el sabor, aportando sofisticación sin dominar. Todo el proceso se basa en la armonía: una base aireada, un relleno cremoso y una cobertura firme y brillante.
Variaciones creativas
- Versión praliné: mezcla la crema con avellanas tostadas y caramelo crujiente.
- Relleno de frambuesas: una fina capa de mermelada aporta frescura y color.
- Estilo moka: sustituye parte del cacao por café para un toque elegante.
- Toque especiado: añade canela, nuez moscada o jengibre para un sabor más navideño.
- Mini brazos individuales: una opción práctica para presentar porciones personales.
Conservación y preparación anticipada
El brazo de chocolate se puede preparar con un día de antelación, manteniendo su textura y sabor. Envuelto en film y refrigerado, conserva su frescura hasta tres días. De hecho, con el reposo, los sabores se integran mejor y el corte resulta más limpio. La cobertura de ganache debe aplicarse poco antes de servir para conservar su brillo natural. También puede congelarse hasta un mes, descongelando lentamente en el frigorífico antes de presentarlo.
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Consejos para una textura y presentación impecables
Un horneado preciso y un enrollado en caliente son las claves para evitar grietas. Extiende la masa de forma uniforme, hornea hasta que recupere su forma al presionar y enróllala con el papel aún caliente. Una vez fría, desenrolla, rellena y vuelve a enrollar con cuidado. Refrigera para estabilizar la crema y conseguir un corte limpio.
Para un acabado profesional, cubre el postre con una ganache de chocolate brillante, espolvorea azúcar glas, avellanas tostadas o virutas de chocolate. Sirve acompañado de una crema ligera o un café espresso para resaltar los matices del cacao.
El brazo de chocolate de San Nicolás combina la tradición europea con el arte contemporáneo de la repostería. Es un postre que representa la magia del invierno, la delicadeza del chocolate y la alegría de compartir momentos que dejan huella.
- Preparar el bizcocho:
Precalienta el horno a 180 °C (356 °F). Forra una bandeja de 30 × 40 cm (12 × 16 inch) con papel vegetal.
Bate los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla clara y espumosa. Tamiza la harina, el cacao, el polvo de hornear y la sal, e incorpóralos suavemente a la mezcla de huevos. Añade la mantequilla derretida y el extracto de vainilla, mezclando con movimientos envolventes hasta obtener una masa homogénea. - Hornear el bizcocho:
Extiende la masa de forma uniforme sobre la bandeja y hornea durante 10 a 12 minutos, hasta que al presionar suavemente la superficie, recupere su forma. Al sacar del horno, cúbrelo con un paño limpio y enróllalo aún caliente con el papel incluido. Esto evitará que se rompa después. Deja enfriar completamente. - Preparar el relleno:
Funde el chocolate negro al baño maría y deja que se temple un poco. Bate la nata líquida hasta formar picos suaves e incorpora el chocolate fundido. Mezcla lentamente hasta lograr una crema suave y brillante. Refrigera unos 10 minutos para que adquiera consistencia. - Montar el brazo:
Desenrolla el bizcocho enfriado y extiende de manera uniforme la crema de chocolate, dejando un borde libre de unos 2 cm (¾ inch). Vuelve a enrollarlo con cuidado y colócalo sobre una fuente con la unión hacia abajo. - Preparar la ganache:
Calienta la nata líquida hasta que empiece a hervir, luego viértela sobre el chocolate picado. Deja reposar 2 minutos y mezcla hasta obtener una textura lisa y brillante. Deja enfriar 5 minutos y cúbrelo con esta ganache. - Decorar:
Espolvorea con azúcar glas y añade avellanas picadas (decoración). Para un toque festivo, puedes añadir ralladura de naranja o virutas de chocolate. Refrigera al menos 1 hora antes de servir para facilitar el corte.
FAQ question¿Cómo evito que el bizcocho se agriete al enrollarlo?
Bate huevos y azúcar hasta punto cinta para incorporar aire, tamiza y añade las harinas con movimientos suaves y hornea solo hasta que recupere al tacto. Enróllalo aún caliente con su papel: este “enrollado de memoria” mantiene la flexibilidad y previene grietas al rellenar.
FAQ question¿Cómo logro una crema ligera pero firme al corte?
Monta nata bien fría a picos suaves y mezcla con chocolate negro fundido templado. Al enfriar, el cacao estabiliza la estructura, dando una textura sedosa y cortable. Evita sobrebatir (se vuelve granulosa) y refrigera la pieza al menos 60 minutos antes de cortar.
FAQ question¿Por qué el bizcocho se hunde o queda gomoso?
Suele ocurrir por sobremezcla, exceso de harina o sobrehorneado. Tamiza secos, integra con pocos movimientos amplios y retira la bandeja en cuanto esté; la calor residual seca y endurece la miga. El objetivo es una elasticidad ligera que rebote al presionar.
FAQ question¿Puedo prepararlo con antelación para San Nicolás?
Sí. Rellena y enrolla el día anterior, guarda bien envuelto en frío y vierte la ganache unas horas antes del servicio para un brillo impecable. Conserva hasta 3 días en nevera; los sabores se integran y obtendrás cortes más limpios.
FAQ question¿Qué variaciones aromáticas respetan la estructura del brazo?
Una capa fina de mermelada de frambuesa, avellanas muy picadas, un toque de espresso o ralladura de naranja funcionan perfecto. Mantén los añadidos finos y uniformes para que el bizcocho enrolle sin tensión y la espiral quede nítida.
FAQ question¿Cómo consigo rebanadas profesionales y regulares?
Enfría el brazo hasta que esté firme, corta con cuchillo largo dentado en movimientos de sierra y limpia la hoja entre cortes. Deja que la ganache asiente ligeramente antes de cortar: quedará estable, brillante y con bordes definidos.
A lo largo de los años preparando postres tradicionales europeos, he aprendido que el secreto de un buen brazo de chocolate está en el equilibrio entre textura, temperatura y tiempo. Cada capa debe tener su propio carácter: el bizcocho, ligero y flexible; la crema, suave y estable; la cobertura, brillante y sedosa. La precisión en los movimientos y la paciencia al montar la ganache hacen la diferencia entre algo bueno y algo excepcional. El aroma a cacao y mantequilla que llena la cocina siempre anuncia un momento especial, ese que se comparte con calma y una sonrisa.
PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia en cocina y repostería, especializado en gastronomía europea e internacional.
El brazo de chocolate de San Nicolás representa la esencia de la repostería invernal: un equilibrio entre texturas suaves, sabores profundos y una presentación que invita a compartir. Su combinación de bizcocho de cacao ligero, crema sedosa y cobertura brillante transforma una receta tradicional en un postre elegante, lleno de calidez y carácter. Cada porción revela la armonía entre dulzura, aroma y técnica, una muestra de que la sencillez bien ejecutada puede ser verdaderamente extraordinaria.
El secreto está en la precisión y el cuidado. Controlar la temperatura del chocolate, batir con paciencia y respetar los tiempos de enfriado aseguran una textura perfecta. El bizcocho debe mantenerse flexible, la crema estable y la ganache con ese brillo característico que convierte lo casero en algo digno de vitrina. Todo detalle cuenta, desde el enrollado hasta la decoración final con avellanas o azúcar glas.
Servido en celebraciones o en un momento tranquilo junto a un café, este postre simboliza la unión entre tradición, creatividad y dedicación. Es un dulce que no solo alimenta el paladar, sino también la memoria, evocando el espíritu festivo y acogedor de diciembre.
El brazo de chocolate de San Nicolás se convierte así en una obra maestra artesanal: una fusión entre técnica, sabor y emoción, pensada para quienes disfrutan de la cocina como un arte que se comparte.
Alérgenos presentes en la receta
- Huevos
- Leche (nata, mantequilla, chocolate)
- Gluten (harina de trigo)
- Frutos secos (avellanas)
Alternativas sin alérgenos y sin gluten
- Sustituye la harina de trigo por una mezcla sin gluten o harina de almendra.
- Usa nata vegetal y chocolate sin lácteos para una versión sin lactosa.
- Sustituye los huevos por una mezcla de semillas de lino molidas (1 cucharada + 3 cucharadas de agua por huevo).
- Reemplaza las avellanas por semillas de girasol o de calabaza si hay alergia a los frutos secos.
- Vitamina A: 160 µg – favorece la salud ocular y el sistema inmunitario
- Vitamina B2 (riboflavina): 0,25 mg – contribuye a la producción de energía
- Vitamina D: 0,6 µg – ayuda en la absorción del calcio
- Calcio: 65 mg – fortalece huesos y dientes
- Hierro: 2,1 mg – esencial para el transporte de oxígeno
- Magnesio: 45 mg – apoya el funcionamiento muscular y nervioso
- Zinc: 1,2 mg – contribuye al buen funcionamiento inmunitario
- Flavonoides: 200 mg – presentes en el chocolate negro, protegen las células del estrés oxidativo
- Polifenoles: 150 mg – favorecen la salud cardiovascular
- Vitamina E: 1,8 mg – ayuda a mantener las células sanas
- Selenio: 7 µg – contribuye a la protección antioxidante y al equilibrio de la tiroides





