10 rebanadas. Preparación 20 min, horneado 40 min, total 60 min. El pan de centeno con nueces y frutos secos combina la intensidad de la harina de centeno con el crujido de las nueces y almendras y la dulzura natural de pasas e higos. Se mantiene fresco 2 días a temperatura ambiente, se congela hasta 2 meses y recupera su corteza crujiente tras 8–10 minutos en el horno a 150 °C. Perfecto para el desayuno, en una tabla de quesos o como base de sándwiches abiertos, aporta sabor rústico, tradición y versatilidad.

Pan artesanal de centeno con nueces y frutos secos
Una mezcla rústica llena de sabor y tradición
El pan de centeno con nueces y frutos secos destaca por su corteza crujiente y su miga densa y aromática. El sabor profundo de la harina de centeno se equilibra con el toque crujiente de las nueces, almendras o avellanas y la dulzura natural de pasas, higos o albaricoques secos. Este contraste convierte cada rebanada en una experiencia única, perfecta tanto para un desayuno energético como para acompañar platos especiales.
En muchas regiones de Europa Central y del Norte, el centeno ha sido durante siglos un cereal fundamental debido a su resistencia en climas fríos. Enriquecer el pan con frutos secos y nueces era una forma de aumentar su valor nutritivo y prolongar su conservación, especialmente en invierno. Hoy en día, esta combinación ha vuelto a ganar protagonismo, uniendo herencia cultural y paladar moderno.
Razones por las que este pan resalta
- Textura crujiente aportada por los frutos secos tostados que contrasta con la miga húmeda.
- Dulzor natural de los frutos secos sin necesidad de azúcares añadidos.
- Saciador y nutritivo, ideal como desayuno o tentempié.
- Mayor duración que el pan blanco gracias al centeno y a los frutos secos.
- Versatilidad que permite servirlo tanto en preparaciones dulces como saladas.
Conservación y preparación con antelación
- A temperatura ambiente: hasta 2 días envuelto en un paño limpio.
- Congelación: hasta 2 meses, preferiblemente en rebanadas.
- Recalentado: en horno a 150 °C durante 8–10 minutos para recuperar la corteza crujiente.
Influencia de los ingredientes en el resultado final
- La harina de centeno aporta un sabor terroso, una textura compacta y un color más oscuro a la miga.
- Las nueces y almendras añaden riqueza, aroma tostado y un crujido irresistible.
- Los frutos secos como pasas, higos o arándanos deshidratados otorgan jugosidad y un dulzor equilibrado.
- Las semillas de girasol o calabaza pueden sumarse para intensificar la rusticidad.
- Una pizca de miel o melaza potencia la profundidad aromática y refuerza el color del pan.
Variantes creativas
- Sustituir las pasas por arándanos rojos deshidratados para un toque más ácido.
- Cambiar las nueces por avellanas tostadas para un sabor más suave y redondeado.
- Incorporar semillas de calabaza para aumentar la textura y el atractivo visual.
- Añadir especias como canela o anís para una versión festiva.
- Elaborar en forma de panecillos individuales para porciones más prácticas.
Por qué te encantará este pan
- Fácil de cortar sin desmoronarse.
- Exquisito tostado con mantequilla o cremas untables.
- Perfecto tanto para acompañar quesos como mermeladas.
- Aporta un aire de tradición y autenticidad a la mesa.
Ideas para servir
- Ideal en una tabla de quesos con brie, azul o cabra fresca.
- Cortado en rebanadas finas con salmón ahumado al estilo nórdico.
- Tostado en el desayuno con miel o mermelada.
- Como base de sándwiches abiertos con verduras asadas o embutidos.
- Mezclar el agua tibia, la levadura seca y la miel en un bol grande. Dejar reposar 10 minutos hasta que espume.
- Añadir la harina de centeno, la harina de trigo y la sal. Amasar durante 8–10 minutos hasta obtener una masa homogénea y elástica.
- Incorporar las nueces, almendras, pasas e higos. Mezclar hasta que queden bien distribuidos.
- Cubrir y dejar levar 1 hora en un lugar cálido hasta que duplique su tamaño.
- Formar una hogaza redonda y colocarla en una bandeja con papel de horno.
- Pincelar con un poco de aceite de oliva y, si se desea, espolvorear con más nueces.
- Hornear en horno precalentado a 200 °C (390 °F) durante 40 minutos, hasta que esté dorado y suene hueco al golpear.
- Dejar enfriar sobre una rejilla antes de cortar.
FAQ question¿Puedo usar solo harina de centeno para este pan?
Sí, pero la textura será mucho más densa. Al combinar harina de centeno con harina de trigo se obtiene una mejor estructura y un pan más esponjoso, manteniendo el sabor característico del centeno.
FAQ question¿Qué nueces y frutos secos son los más adecuados?
Las nueces, almendras y avellanas combinan muy bien con pasas, higos, albaricoques secos o arándanos. Puedes variar según tu preferencia o disponibilidad.
FAQ question¿Cómo evito que los frutos secos se hundan en la masa?
Rebózalos ligeramente en harina antes de incorporarlos a la masa. Esto ayuda a que se distribuyan de manera uniforme en todo el pan.
FAQ question¿Se puede preparar este pan con antelación?
Claro. Se conserva fresco 2 días a temperatura ambiente, puede congelarse hasta 2 meses y recalentarse en el horno a 150 °C durante 8–10 minutos.
FAQ question¿Con qué se puede acompañar este pan?
Es delicioso con mantequilla, quesos cremosos, salmón ahumado o como base para sándwiches abiertos con verduras asadas o embutidos.
PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia, especializado en cocina europea e internacional. Para este pan de centeno con nueces y frutos secos, aplico mis conocimientos en panadería artesanal y en la combinación de sabores rústicos con matices más sofisticados.
Una rebanada de pan de centeno con nueces y frutos secos ofrece la intensidad de la harina de centeno, el crujido de las nueces y almendras y la suavidad dulce de pasas e higos. Esta combinación crea un equilibrio entre rusticidad y elegancia que lo convierte en un pan nutritivo y lleno de carácter.
Gracias a su corteza crujiente y su miga compacta, se conserva fresco más tiempo que un pan blanco tradicional. Incluso después de congelarlo, basta un breve horneado para recuperar su textura y aroma originales, lo que lo hace práctico para el día a día y especial para celebraciones.
Se adapta a diferentes momentos: acompañado de quesos maduros, con salmón ahumado o simplemente tostado con mantequilla y miel. Su versatilidad lo hace ideal para desayunos, aperitivos o comidas ligeras, aportando siempre un toque rústico y auténtico.
La unión de tradición y creatividad convierte este pan en una pieza destacada de la panadería artesanal, aportando sabor, textura y un aire acogedor a cualquier mesa.
Alérgenos presentes en la receta:
- Gluten (harina de centeno, harina de trigo)
- Frutos secos (nueces, almendras)
Sugerencias de sustitución:
- Sustituir la harina de centeno y la harina de trigo por una mezcla sin gluten para una versión libre de gluten.
- Cambiar nueces y almendras por semillas de girasol o de calabaza para evitar frutos secos.
- Reemplazar la miel con jarabe de arce para una versión vegana.
- Vitamina B1 (Tiamina): 0,2 mg – favorece el metabolismo energético y el sistema nervioso.
- Vitamina E: 1,5 mg – ayuda a proteger las células contra el estrés oxidativo.
- Magnesio: 45 mg – esencial para la función muscular y nerviosa.
- Hierro: 2 mg – contribuye a la formación de glóbulos rojos.
- Potasio: 200 mg – ayuda a regular el equilibrio de líquidos y la presión arterial.
- Polifenoles de los frutos secos: 80 mg – apoyan la salud cardiovascular y reducen la inflamación.
- Vitamina E de las nueces: 1,5 mg – protege las células contra los radicales libres.
- Flavonoides de los higos y pasas: 70 mg – pueden mejorar la circulación y reducir el estrés oxidativo.