Receta de pastel de yogur fácil

Pastel casero con yogur: la receta que conquista por su sencillez y sabor

Un clásico esponjoso, perfecto para cualquier momento del día

El pastel de yogur es una de esas recetas que todos deberíamos tener a mano en casa. No solo por lo fácil que es de preparar, sino por su textura suave, su sabor equilibrado y su enorme versatilidad. Es una preparación que no requiere habilidades especiales en repostería ni ingredientes complicados, pero que siempre sorprende por su resultado tierno, húmedo y delicioso.

Este tipo de bizcocho es ideal para múltiples ocasiones: desde un desayuno ligero, una merienda reconfortante, hasta como base para tartas más elaboradas. Su preparación sencilla y rápida lo convierte en el aliado perfecto para quienes buscan un postre casero y sabroso sin invertir mucho tiempo. Lo mejor de todo es que puede adaptarse fácilmente al gusto personal o a los ingredientes disponibles en casa.

Una tradición que se adapta al paladar moderno

En muchos hogares, este pastel ha sido el primer postre que se aprende a hornear. Sus orígenes humildes se basan en ingredientes accesibles como yogur natural, huevos, harina, azúcar y aceite. Pero lo que realmente le da su encanto es la forma en que el yogur aporta una suavidad especial a la miga, haciéndola más húmeda y ligera que otros bizcochos tradicionales.

Además, el yogur añade una nota ligeramente ácida, que equilibra perfectamente la dulzura del pastel, y le da un toque más fresco y natural. Su estructura esponjosa lo convierte en una excelente base para experimentar con sabores, frutas, coberturas o rellenos, sin que pierda su esencia original.

Una receta que permite variaciones infinitas

El pastel de yogur es como un lienzo en blanco para la creatividad culinaria. Se puede enriquecer con ralladura de limón o naranja, que aporta un aroma cítrico encantador, o con un poco de vainilla, canela o almendra molida para darle un giro más cálido o aromático. Si se desea un postre más contundente, se pueden añadir nueces picadas, chips de chocolate o frutas deshidratadas a la mezcla antes de hornear.

También es muy fácil transformarlo en una versión más festiva: al cortarlo en dos capas y rellenarlo con mermelada, crema batida o compota de fruta, se convierte en una tarta casera perfecta para celebraciones sencillas. Incluso se puede bañar con un glaseado de yogur y limón, o espolvorear con azúcar glas para darle un acabado elegante.

Ideal para todos los niveles de experiencia

Una de las grandes ventajas de esta receta es que es apta para todos, desde principiantes hasta quienes tienen más experiencia en la cocina. No se necesita batidora eléctrica ni utensilios sofisticados. Con un bol, una cuchara y un molde, se obtiene un pastel de calidad, sin complicaciones.

Además, es una excelente manera de involucrar a los más pequeños de la casa en la cocina. Al ser tan intuitiva, pueden participar en todo el proceso, desde medir los ingredientes hasta mezclar la masa. De esta forma, se fomenta el amor por la cocina casera desde una edad temprana.

Casero, saludable y siempre mejor que el industrial

Preparar este pastel en casa no solo garantiza un mejor sabor, sino también un mayor control sobre los ingredientes. A diferencia de muchos productos procesados, aquí se puede optar por ingredientes naturales, sin aditivos ni conservantes. Es una opción mucho más saludable y auténtica, que puede adaptarse fácilmente a diferentes necesidades dietéticas.

También permite incorporar ingredientes más nutritivos, como harinas integrales, yogures vegetales o endulzantes alternativos, logrando una versión personalizada que no pierde en textura ni en sabor.

El pastel de yogur es, en definitiva, un ejemplo perfecto de cómo la cocina sencilla puede ofrecer resultados extraordinarios. Su textura ligera, su aroma acogedor y su sabor equilibrado lo convierten en una opción infalible, ya sea para un momento de disfrute personal o para compartir con quienes más queremos. Un clásico que nunca pasa de moda y que siempre invita a repetir.

Ingredientes de la receta
Yogur natural 250 g (1 cup)
Azúcar blanco 200 g (1 cup)
Harina de trigo 250 g (2 cups)
Aceite de girasol 120 ml (½ cup)
Huevos (tamaño L) 2
Levadura en polvo 12 g (1 tbsp)
Extracto de vainilla 5 ml (1 tsp)
Ralladura de limón 1 cucharadita (opcional)
Sal 1 g (¼ tsp)
La cantidad producida por la receta.
Número de porciones: 8
Instrucciones de preparación
  1. Precalentar el horno a 180 °C (350 °F). Engrasar un molde rectangular o cubrirlo con papel vegetal.
  2. En un bol grande, batir los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla clara y espumosa.
  3. Añadir el yogur y el extracto de vainilla. Mezclar hasta que se integren completamente.
  4. Verter lentamente el aceite de girasol mientras se sigue batiendo hasta lograr una masa suave.
  5. En otro recipiente, tamizar la harina, la levadura en polvo y la sal. Incorporar los ingredientes secos poco a poco a la mezcla húmeda, removiendo con una espátula sin sobrebatir.
  6. Agregar la ralladura de limón si se desea y mezclar ligeramente.
  7. Verter la mezcla en el molde preparado y alisar la superficie.
  8. Hornear durante 35 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio.
  9. Dejar enfriar el pastel en el molde durante 10 minutos y luego desmoldar sobre una rejilla para que se enfríe por completo.
  10. Servir solo o espolvoreado con azúcar glas, o decorar con un glaseado ligero si se desea.
Preparación
15 minutos
Cocinar / Hornear
35 minutos
Tiempo total
50 minutos

Reinventa tu pastel de yogur: ideas para personalizar y perfeccionar esta receta clásica

Consejos útiles para transformar lo simple en algo extraordinario

El pastel de yogur es uno de esos postres que no pasa de moda. Su éxito radica en su simplicidad, textura esponjosa y sabor suave, ideal para todos los públicos. Sin embargo, incluso las recetas más tradicionales pueden mejorarse con pequeños cambios que marcan una gran diferencia. A continuación, exploramos cómo puedes llevar este clásico a otro nivel, sin complicaciones y con resultados sorprendentes.

Cambios sutiles que realzan el sabor

Una de las formas más eficaces de enriquecer esta receta es añadir ingredientes que aporten aroma y carácter. Por ejemplo, incorporar ralladura de naranja, lima o limón realza el sabor fresco del yogur. Estas notas cítricas funcionan especialmente bien en primavera o verano, aportando un toque ligero y vibrante.

Otra opción es añadir especias como canela, nuez moscada o cardamomo, que otorgan calidez y profundidad al pastel. Si buscas un resultado más perfumado, unas gotas de agua de azahar o extracto de almendra ofrecen una experiencia aromática completamente nueva.

También puedes jugar con el sabor base del yogur: utilizar yogur griego, de vainilla o de coco añade un matiz más cremoso o exótico, adaptando la receta a distintas ocasiones.

Añadir textura para una experiencia más completa

El pastel de yogur se distingue por su miga suave y uniforme, pero con ciertos ingredientes puedes introducir una textura contrastante que lo enriquezca aún más. Una excelente manera es incorporar frutos secos picados, como almendras, nueces o avellanas, que le dan un toque crujiente y nutritivo.

Si prefieres una opción más frutal, prueba añadir manzana rallada, trozos de pera o frutos rojos. Estos no solo aportan sabor, sino que también ayudan a mantener la humedad del pastel durante más días. Para evitar que se hundan durante el horneado, es recomendable espolvorearlos ligeramente con harina antes de añadirlos a la masa.

Para los más golosos, se puede incluir virutas de chocolate negro o blanco, creando un efecto marmolado muy visual si se mezclan parcialmente con la masa.

Versiones más saludables sin perder sabor

El pastel de yogur es fácilmente adaptable a una dieta más equilibrada. Puedes reducir el contenido de azúcar en un 20-25 % sin afectar negativamente la textura, o sustituirlo por endulzantes naturales como miel, jarabe de arce o azúcar de coco, que ofrecen perfiles de sabor más complejos y menos impacto glucémico.

En lugar de harina blanca refinada, se puede usar una mezcla con harina integral, de avena o espelta, lo que añade fibras y minerales, a la vez que aporta un matiz ligeramente tostado al sabor.

El aceite de girasol puede reemplazarse por aceite de oliva suave o de aguacate, que proporcionan grasas más saludables y un aroma diferente, sin comprometer la textura esponjosa.

Para quienes buscan una opción sin lácteos, el yogur se puede sustituir por yogur vegetal de soja, coco o almendra, manteniendo la jugosidad del pastel. Y si deseas evitar los huevos, una mezcla de semillas de lino con agua o compota de manzana funciona como excelente sustituto sin alterar la estructura del bizcocho.

Errores comunes y cómo evitarlos

Aunque es una receta sencilla, hay detalles que pueden afectar el resultado final. Uno de los errores más frecuentes es mezclar en exceso la masa, lo que desarrolla el gluten de la harina y da como resultado un pastel más denso. Es importante remover solo hasta integrar los ingredientes.

Otro punto clave es la temperatura de los ingredientes: el yogur, los huevos y el aceite deben estar a temperatura ambiente para lograr una mejor emulsión y una cocción más homogénea.

El tiempo de horneado también merece atención. Abrir el horno antes de tiempo puede hacer que el pastel se hunda en el centro. Se recomienda esperar al menos 30 minutos antes de comprobar la cocción.

La importancia de lo casero: calidad, frescura y sabor real

Preparar el pastel de yogur en casa no solo permite experimentar con sabores, sino que también garantiza calidad y frescura. Puedes elegir ingredientes naturales, evitar conservantes y adaptar la receta a tus preferencias y necesidades. Además, el proceso de elaboración genera una conexión especial con la cocina: el aroma que inunda el hogar, la textura al cortar el primer trozo y la satisfacción de compartirlo con familia o amigos hacen que este pastel sea mucho más que una receta.

Un básico versátil para cada estación y ocasión

El pastel de yogur se adapta maravillosamente al calendario. En verano puedes acompañarlo con melocotón o albaricoque, en otoño con pera y canela, en invierno con naranja confitada o frutos secos, y en primavera con frambuesas o fresas.

Se puede hornear en diferentes moldes: como cake tradicional, en formato muffin para porciones individuales, o como base para tartas festivas. Incluso puedes congelarlo en porciones para tener siempre un trozo listo para disfrutar.

Con cada pequeña modificación, esta receta evoluciona y se hace tuya. Un pastel que respeta sus raíces pero que abre la puerta a infinitas posibilidades. Porque al final, lo mejor de cocinar es hacer que cada bocado cuente.

Tamaño de la porción
Valores nutricionales por porción
Calorias (kcal)
290
Carbohidrato (g)
36
Colesterol (mg)
55
Fibra (g)
1
Proteínas (g)
5
Sodio (mg)
160
Azúcar (g)
20
Grasa (g)
14
Grasa saturada (g)
2
Grasa insaturada (g)
11
Grasas trans (g)
0
Alérgenos
  • Huevos
  • Gluten (harina de trigo)
  • Puede contener trazas de leche o frutos secos según el tipo de yogur utilizado

Sustituciones para eliminar alérgenos y gluten:

  • Sustituir los huevos por 120 g (½ cup) de puré de manzana sin azúcar o 2 cucharadas de semillas de lino molidas con 6 cucharadas de agua (reposar 5 minutos)
  • Sustituir el yogur por yogur vegetal (soja, coco, almendra)
  • Sustituir la harina de trigo por una mezcla de harina sin gluten para repostería (1:1)
  • Usar levadura en polvo certificada sin gluten
Vitaminas y minerales

• Vitamina A: 80 µg – favorece la visión y el sistema inmunológico
• Vitamina B2 (riboflavina): 0,2 mg – contribuye al metabolismo energético
• Vitamina D: 0,5 µg – mejora la absorción de calcio y fortalece los huesos
• Calcio: 80 mg – esencial para huesos y dientes
• Hierro: 1 mg – ayuda al transporte de oxígeno en la sangre
• Magnesio: 12 mg – regula la función muscular y nerviosa
• Fósforo: 95 mg – necesario para la producción de energía
• Zinc: 0,5 mg – refuerza el sistema inmunológico y la cicatrización

Contenido de antioxidantes

• Polifenoles (de la ralladura de limón y el yogur): ~50 mg – reducen la inflamación y protegen las células
• Vitamina C (de la ralladura de limón): ~2 mg – estimula el sistema inmunológico y la formación de colágeno
• Betacaroteno (si los huevos provienen de gallinas alimentadas con maíz): ~30 µg – mejora la salud ocular y cutánea

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