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Rinde 4 porciones con 10 minutos de preparación, 20 minutos de cocción y lista en 30 minutos en total. La salsa marinara combina tomates triturados, ajo, aceite de oliva y albahaca fresca para lograr un sabor italiano auténtico y equilibrado. Se adapta como base de pasta, pizza o como dip, manteniendo un perfil ligero y aromático. Puede conservarse 4–5 días en el refrigerador o hasta 2 meses en el congelador y se recalienta fácilmente sin perder su frescura.

Salsa marinara: receta italiana casera lista en 20 min

Una salsa italiana versátil y llena de sabor

Un clásico mediterráneo con raíces históricas

La salsa marinara representa la esencia de la cocina italiana en su forma más pura: tomates maduros, ajo, aceite de oliva y hierbas frescas que se combinan para crear un sabor auténtico, ligero y al mismo tiempo intenso. Es una preparación rápida que sirve como base para pasta, como cobertura de pizza, para realzar carnes o pescados e incluso como acompañamiento para un simple pan artesanal. Su sencillez es lo que le otorga fuerza y la convierte en un elemento imprescindible en cualquier cocina.

Su origen se remonta al sur de Italia, en especial a Nápoles, donde los marineros preparaban esta salsa por su practicidad y conservación durante largos viajes. El nombre “marinara” deriva de “marinaro”, que significa marinero, y su historia refleja la conexión entre la tradición culinaria y la vida cotidiana de la costa mediterránea. Hoy en día mantiene ese mismo espíritu: fácil de hacer, nutritiva y con un carácter profundamente italiano.

Por qué esta salsa marinara te conquistará

  • Rápida de preparar – lista en aproximadamente 20 minutos.
  • Flexible en la cocina – acompaña pasta, pizza o platos de carne.
  • Autenticidad italiana – conserva la esencia del Mediterráneo.
  • Ingredientes básicos – accesibles y llenos de frescura.
  • Adaptable – admite variaciones según el gusto personal.

Ingredientes clave y su función en el sabor

La base está en el tomate, que aporta un equilibrio entre dulzura y acidez. El ajo introduce un matiz aromático profundo, mientras que el aceite de oliva suaviza y aporta cuerpo. Las hierbas como el orégano y la albahaca fresca realzan el perfil mediterráneo, y un toque de guindilla puede añadir una chispa picante. El resultado es una salsa ligera pero llena de matices.

  • Tomates – frescura y dulzor equilibrados con acidez.
  • Ajo – aroma intenso y profundidad.
  • Aceite de oliva – textura sedosa y sabor redondeado.
  • Orégano y albahaca – frescura herbal y perfume mediterráneo.
  • Guindilla – para quienes buscan un toque de picante.

Variantes creativas para transformar la salsa

La marinara es muy versátil y puede adaptarse a diferentes ocasiones. Un poco de vino tinto intensifica el carácter y la hace ideal para platos de carne. Los pimientos asados añaden dulzor y un toque ahumado, mientras que las alcaparras o anchoas refuerzan el vínculo con el mar aportando un sabor salino. Para un perfil más vegetal, se pueden incorporar lentamente calabacines o berenjenas asadas, que aportan cuerpo y complejidad.

Conservación y preparación con antelación

  • A temperatura ambiente: hasta 2 días bien cubierta.
  • En refrigerador: se conserva 4–5 días en un recipiente hermético.
  • En congelador: hasta 2 meses en porciones individuales.
  • Recalentado: suavemente a 150 °C durante 8–10 minutos o a fuego bajo en la sartén.

Usos más allá de la pasta

Aunque es inseparable de unos espaguetis, la salsa marinara va mucho más allá. Se convierte en la base perfecta para pizza, puede acompañar pollo al horno, realzar pescados a la parrilla o integrarse en una lasaña casera. Su perfil fresco y equilibrado la hace destacar en platos simples y complejos, siempre sin ocultar los demás ingredientes.

El valor cultural de la marinara

Más que una receta, la salsa marinara es un símbolo de la cocina italiana tradicional que se ha transmitido de generación en generación. Su permanencia en el tiempo demuestra que la combinación de ingredientes simples, bien tratados, puede dar lugar a un sabor universal que nunca pasa de moda.

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Ingredientes de la receta
Aceite de oliva 30 ml (2 tbsp)
Cebolla (finamente picada) 100 g (1 mediana)
Ajo (picado) 3 dientes
Tomates triturados 800 g (2 latas / 28 oz)
Pasta de tomate 30 g (2 tbsp)
Hojas de albahaca fresca (para la salsa y la decoración) 10 g (½ cup)
Orégano seco 4 g (1 tsp)
Sal 6 g (1 tsp)
Pimienta negra (recién molida) 2 g (½ tsp)
Copos de chile rojo (opcional, para dar picante) 1 g (¼ tsp)
Azúcar 4 g (1 tsp)
Agua o caldo de verduras 60 ml (¼ cup)
La cantidad producida por la receta.
Porciones: 4
Instrucciones de preparación
  1. Calentar el aceite de oliva en una cacerola mediana a fuego medio.
  2. Añadir la cebolla picada y sofreír durante 4–5 minutos hasta que quede translúcida.
  3. Incorporar el ajo y cocinar 1 minuto hasta que libere su aroma.
  4. Añadir la pasta de tomate y remover para que se caramelice ligeramente.
  5. Agregar los tomates triturados y mezclar bien.
  6. Añadir el agua o el caldo de verduras para ajustar la consistencia.
  7. Sazonar con sal, pimienta, orégano, azúcar y opcionalmente copos de chile.
  8. Bajar el fuego y dejar cocer a fuego lento durante 15–20 minutos, removiendo de vez en cuando.
  9. Incorporar las hojas de albahaca fresca unos minutos antes de retirar del fuego.
  10. Probar y ajustar la sazón si es necesario.
  11. Servir caliente con pasta, como base de pizza o como dip con pan.
Preparación
10 minutos
Cocinar / Hornear
20 minutos
Tiempo total
30 minutos
Preguntas frecuentes
FAQ question
¿Qué tomates dan mejor resultado en la marinara?
Answer

Para un sabor constante todo el año, usa tomates enteros pelados San Marzano en lata. Tritúralos a mano o con pulsos cortos para una textura rústica. En temporada, los tomates frescos carnosos (escaldados y sin semillas) funcionan muy bien; cocina un poco más para concentrar los jugos. Si notas demasiada acidez, una pizca de azúcar o un hilo de aceite de oliva equilibra el perfil.

FAQ question
¿Cómo espesar la salsa sin sobrecocerla?
Answer

Deja mijotar destapado para que escape el vapor y remueve de vez en cuando. Para aportar cuerpo rápido, tuesta la pasta de tomate en aceite de oliva hasta tono ladrillo: suma dulzor y brillo. Si sigue ligera, reduce a fuego suave; evita espesantes con almidón que apagan el sabor. Un final con aceite de oliva ayuda a emulsionar y dar textura sedosa.

FAQ question
¿Albahaca fresca o hierbas secas?
Answer

Añade orégano seco al principio para que florezca en el aceite. Incorpora albahaca fresca al final para preservar su aroma. Una pizca de copos de chile desde el inicio aporta calor uniforme. Desgárrala a mano en lugar de picarla para evitar que amargue u oscurezca.

FAQ question
¿Puedo usar la marinara como salsa para pizza?
Answer

Sí: reduce más tiempo hasta que quede untuosa y no agregues agua/caldo. Ajusta sal y, si hace falta, un toque de azúcar. Para una base muy fina, tritura brevemente o pasa por molino de alimentos; estilo napolitano: clara y poco cocida.

FAQ question
¿Cómo obtener un sabor de restaurante en casa?
Answer

Suda el ajo suavemente en aceite (sin dorar), tuesta la pasta de tomate y sazona en capas: sal al inicio, orégano durante el hervor suave y albahaca al final. Busca equilibrio entre dulzor y acidez, frescura herbal y final limpio a tomate. Fuera del fuego, un pequeño toque de mantequilla puede redondear (opcional).

FAQ question
¿Cómo arreglo una salsa demasiado ácida o amarga?
Answer

Prolonga el mijotado suave 5–10 minutos. Añade una pizca de azúcar o un poco de zanahoria rallada para dulzor natural. Una mínima cantidad de bicarbonato neutraliza el exceso de acidez—usa muy poco y prueba. Remata con albahaca fresca y aceite de oliva para recuperar redondez.

FAQ question
¿La marinara es sin gluten y cómo se conserva?
Answer

Clásicamente es sin gluten y sin lácteos; si la sirves con pasta, elige una opción sin gluten. Enfría rápido y guarda 4–5 días en refrigeración o hasta 2 meses en congelación en porciones. Recalienta con suavidad en cazo o a 150 °C durante 8–10 minutos, añadiendo un chorrito de agua si se ha espesado en frío.

PEKIS – chef profesional y desarrollador de recetas con más de 25 años de experiencia en cocina y repostería, especializado en gastronomía europea e internacional. Para esta salsa marinara me apoyé en lo aprendido en viajes por Italia, trabajando el tomate, el ajo y la albahaca fresca de forma sencilla pero precisa. Mi enfoque siempre busca mantener la autenticidad del sabor y al mismo tiempo la practicidad para el día a día.

La salsa marinara refleja la esencia de la cocina italiana: ingredientes simples que se transforman en un resultado lleno de carácter. La combinación de tomates frescos o triturados, ajo y aceite de oliva ofrece un perfil de sabor ligero y profundo al mismo tiempo, con notas mediterráneas que la hacen inconfundible.

Su mayor virtud es la versatilidad. Puede acompañar un plato de pasta, ser la base de una pizza casera, complementar carnes o pescados e incluso servir como dip. Gracias a su cocción rápida mantiene un aroma fresco y una textura equilibrada, adecuada tanto para comidas cotidianas como para ocasiones especiales.

Es también una preparación práctica y duradera, ya que se conserva sin perder calidad y se congela fácilmente para tener siempre a mano una opción sabrosa. Al recalentarla conserva su esencia, lista para enriquecer cualquier plato.

Cada uso de la marinara conecta con la tradición italiana transmitida de generación en generación, donde la sencillez y la autenticidad se convierten en una experiencia gastronómica atemporal que sigue conquistando cocinas en todo el mundo.

Tamaño de la porción
Valores nutricionales por porción (aprox.)
Calorias (kcal)
145
Carbohidrato (g)
19
Colesterol (mg)
0
Fibra (g)
5
Proteínas (g)
3
Sodio (mg)
480
Azúcar (g)
9
Grasa (g)
7
Grasa saturada (g)
1
Grasa insaturada (g)
5
Grasas trans (g)
0
Alérgenos

Alérgenos presentes en la receta

  • Ningún alérgeno presente de forma natural.

Información sobre el gluten

  • Esta receta es naturalmente sin gluten.
  • Si se sirve con pasta, se recomienda usar alternativas sin gluten (maíz, arroz, quinoa o lentejas).

Consejos de sustitución para alérgenos y gluten

  • Para quienes son sensibles al tomate, se puede sustituir parcialmente con pimientos asados o puré de calabaza.
  • Si el ajo resulta difícil de digerir, reemplazarlo por chalotas asadas para un sabor más suave.
  • Con pasta sin gluten el plato sigue siendo apto para personas con celiaquía.
Vitaminas y minerales
  • Vitamina C: 18 mg – fortalece el sistema inmunitario y apoya la producción de colágeno.
  • Vitamina A: 950 IU – esencial para la visión y la salud de la piel.
  • Vitamina K: 12 µg – contribuye a la coagulación sanguínea y a la salud ósea.
  • Potasio: 670 mg – regula el equilibrio de líquidos y la función muscular.
  • Hierro: 2 mg – favorece el transporte de oxígeno en la sangre.
  • Magnesio: 35 mg – apoya la función nerviosa y la producción de energía.
Contenido de antioxidantes
  • Licopeno: 12 mg – antioxidante potente de los tomates, beneficioso para la salud cardiovascular y la prevención de ciertos cánceres.
  • Betacaroteno: 1 mg – contribuye a la visión y a la protección celular.
  • Polifenoles del aceite de oliva: 2 mg – con efectos antiinflamatorios y protectores del sistema cardiovascular.

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